14 de abril de 2014

Luchan en Chile por controlar el peor incendio de Valparaíso

El fuego, que se inició el sábado por la tarde, fue reavivado por el viento el domingo en los cerros Jiménez, Mariposas y Santa Elena Rocuant, pero sobre todo en Ramaditas, donde hay mucha vegetación y construcciones de material ligero e inflamable.


Once helicópteros, seis aviones y 2.000 efectivos militares y de Carabineros seguían luchando este lunes para controlar los focos del peor incendio registrado en la historia del puerto chileno de Valparaíso, que acabó con la vida de 12 personas.

Pese a los fuertes vientos que se registraban en la zona, las autoridades esperaban lograr controlar el fuego en las próximas 48 a 72 horas para luego poder iniciar la evaluación de los daños y las tareas de reconstrucción, indicó AFP.,

Según el último balance oficial, el incendio arrasó 850 hectáreas, destruyó por completo 2.000 viviendas, en tanto dejó 8.000 damnificados y 10.000 evacuados, la mayoría de los cuales acudieron a casas de familiares, en tanto unos 1.200 dormían por segunda noche en los ocho albergues habilitados.

Las llamas afectaron a los cerros donde viven los sectores más pobres, con casas de madera y lata que se encaraman en las pendientes, a veces sin permisos de construcción.

La zona del puerto de Valparaíso, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2003, se mantenía a salvo del fuego.

Perder todo

Muchas personas perdieron todas sus pertenencias, sus posesiones materiales y sus recuerdos en el incendio que se propagó rápidamente debido a las altas temperaturas y el viento, pero también gracias a los materiales de construcción baratos, la presencia de basura en los aledaños de la zona de La Pólvora, en la parte más alta de los cerros, donde se inició el fuego.

Algunos de los pobladores se resistieron durante la noche a abandonar sus hogares, ante el temor de perder todas sus posesiones por el fuego o a manos de ladrones que aprovechan el caos.

En el popular cerro Mariposa, podía observarse al caer la noche a los pobladores cuyas casas aún se encontraban en pie, cargando los autos ante la posibilidad de que el fuego se reavivara y tuvieran que evacuar en la madrugada.

La policía y equipos de emergencia resguardaban las calles ante posibles robos.

"Yo no dejo lo poco que tengo. Son 15 años de esfuerzo y hasta que no vea mi casa en el piso no me voy. Mi esposa y mis cuatro hijos están en el albergue", explicó Arturo Gómez, habitante del cerro de Mariposa, uno de los más afectados por el incendio.

Fuente: eluniversal.com

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