Ramos quien tenía dos años como oficial policial en la urbe y el otro agente acribillado, Wenjian Liu, tenía siete. Los dos fueron trasladados de urgencia al hospital Woodhull, pero no pudieron ser salvados.
Ambos se encontraban sentado en el interior del carro de la policía cuando fueron sorprendidos y ejecutados de varios disparos a quema ropa, por el miembro de la pandilla, “Negro Guerrilla Family”, Ismaaiyl Brinsley, de 28 años, quien se acercó sigilosamente por detrás del coche policial para ejecutar el hecho, dijo un oficial de alto rango de la policía.
El asesino Brinsley luego corrió a la estación del tren G, situada a pocos metros del fatal incidente y en escasos tresminutos aparecieron cerca de un centenar de policías, con armas largas pocas veces exhibidas al público. “No se sabe de dónde aparecieron”, explicó un testigo.
A los pocos minutos salieron con el cuerpo del pandillero del subway, quien al parecer se pegó un tiro al sentirse acorralado.
Los más recientes asesinatos de policías neoyorkinos antes de Ramos y Liu fueron Pedro Figoski, en Cypres Hills en el 2011, en un hecho cometido por Lamont Pride, quien fue condenado en 2013 a 45 años y cadena perpetua.
También dos policías fueron fusilados al estilo ejecución en marzo de 2003. James Nemorin y Rodney Andrews estaban también sentados en un coche durante una operación de compra secreta de armas en Staten Island, cuando fueron muertos a tiros por el también pandillero Ronell Wilson, quien ahora está en el corredor de la muerte federal.
El tiroteo de este sábado, donde el policía dominicano y su compañero fallecieron, fue extrañamente similar al asesinato estilo ejecución del agente de policía Edward Byrne en 1988 en Queens, quien también se encontrado sentado en el interior del carro policial cuando custodiaba en el sur de Jamaica la casa de un hombre que había sido atacada con bombas incendiarias en varias ocasiones por los distribuidores de crack en el barrio.
Se informó que Brinsley, antes de cometer el hecho en la Metrópoli, en horas de la mañana le había dado un tiro en el estómago a su novia en Baltimore, no logrando matarla, robó su celular y se dirigió a Nueva York y en el camino publicó una actualización amenazante en Facebook.
“Yo siempre quise ser conocido por hacer algo bien … pero mi pasado me está acechando y mi presente me perseguía”, dijo. “¿Por qué vivir si no te ama vivir”, agregó en un segundo mensaje.
Además, llegó a escribir “estoy poniendo ojos en cerdos hoy, ellos tomaron uno de los nuestros… echemos dos suyos “, “esta puede ser mi último post … estoy poniendo cerdos en una manta”.
Días antes, Brinsley exhortó a sus seguidores de Instagram para “quemar la bandera” en protesta por los recientes asesinatos por parte de la policía a hombres negros.
Horas después del acontecimiento, diversas reacciones de condena fueron externadas. “Cada neoyorquino debe sentir que fueron atacados, que toda nuestra ciudad fue atacada, por este individuo atroz”, dijo el alcalde Bill de Blasio.
“Fueron simplemente asesinados”, dijo el comisionado de policía de Nueva York, Bill Bratton.
El reverendo Al Sharpton, en un comunicado, dijo que la familia de Garner se indignó con el asesino invocando su nombre en los medios de comunicación social.
“Nunca olvidaremos el sacrificio de estos valientes oficiales para mantener nuestra ciudad segura”, dijo la defensora pública Letitia James.
El concejal Robert Cornegy expresó “esto no podría ser peor, mis oraciones absolutamente están con las familias de los oficiales”.
Nota de Ramón Mercedes
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