“La regla básica es que los mosquitos no soportan las aromas fuertes, así que puedes elegir casi cualquier planta con un olor fuerte y contribuirá a que se mantengan lejos”, lee uno de los boletines que el Municipio de San Juan comenzó a difundir para orientar a la población.
La información trasciende en momentos en que el Departamento de Salud informó que la cantidad de personas contagiadas con el virus de chinkungunya se duplicó.
Desde que se reportó el primer caso -el 15 de mayo- hasta el pasado 17 de junio se habían confirmado 107 casos de chikungunya, los últimos 52 en la semana del 11 al 17 de junio.
A esos 107 casos se le suman cinco casos que eran sospechosos de dengue y otros seis identificados en investigaciones de campo, explicó Brenda Rivera García, directora de la división de Epidemiología del Departamento de Salud.
El Municipio de San Juan encabeza la lista de municipios con la mayor cantidad de casos reportados, en la que también están los pueblos de Aguada, Ponce, Juana Díaz, Luquillo, Carolina, Canóvanas, Cataño, Bayamón y Juncos.
Las plantas que podrían ayudar a mantener lejos al mosquito que transmite esta enfermedad son:
Citronela - Expele pequeñas gotas que vuelan con el viento. Estas minúsculas gotas perfuman el ambiente con un fuerte olor parecido al del limón y por ende mantienen lejos a los mosquitos.
Albahaca - Despide un aroma muy fuerte y característico por su alto contenido de estragol y eugenol. Ha sido utilizada como repelente durante siglos e incluso ha sido considerada como una planta sagrada y afrodisíaca al ser utilizada como condimento.
Romero – Es un arbusto leñoso y elevado que pertenece a la familia de las labiadas y puede sobrepasar el metro de altura. Hospeda insectos benéficos que son enemigos naturales de las plagas.
Marigold - Es una planta muy vistosa por sus grandes y coloridas flores. Es una de las especies recomendadas por viveros ya que se mantiene con relativa facilidad.
Poleo – Sirve para alejar los piojos, pulgas, moscas, mosquitos y garrapatas de perros y gatos. Su uso se remonta a la época romana, los cuales quemaban esta planta porque tenían la creencia de que su humo alejaba a los insectos de las casas
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