Desde el 29 de diciembre de 2013, cuando sufrió un grave accidente de esquí y comenzó a luchar por su vida, las noticias habían sido desalentadoras. Luego de nueve semanas, es la primera vez que no necesita ayuda mecánica para respirar y los médicos son más optimistas que nunca.
"Schumacher respondió bien y ahora respira de forma independiente en una pequeña habitación a la que tienen acceso sólo a sus seres queridos. Corinna, su esposa, está con él siempre. Está a horas de abrir los ojos y de salir del coma inducido, ya que tiene pequeñas reacciones a diferentes estímulos", afirma La Gazzetta.
Ross Brawn, amigo íntimo y ex ingeniero de la escudería Ferrari, lo visita con frecuencia para hacerle escuchar distintas grabaciones de sus carreras, como estrategia para que recobre el conocimiento. Es una sugerencia médica, ya que de esa forma retomaría las riendas de su vida, con los sonidos y las voces. El afecto lo puede conducir a despertar, a un amago de sonrisa.
La prensa italiana asegura que "reacciona ante un estímulo o una palmada en la frente". Se expresa con una mueca inconsciente de molestia, agitando un brazo o el hombro."No está paralizado" y esta es la mejor noticia.
Mientras tanto, Corinna le susurra al oído; sus hijos Gina Maria y Mick lo visitan cada vez que consiguen escapar de sus compromisos escolares; y sus fanáticos siguen dándole aliento y esperando su regreso.
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