17 de enero de 2014

En México, Sacerdote oficia misa con chaleco antibalas por temor a los narcos

El padre Gregorio promete "besarle los pies a Enrique Peña Nieto" si el presidente captura a los cabecillas del cártel de Los Caballeros Templarios, que asolan Michoacán y aterrorizan a la población.

Un informe del diario El Universal de México da cuenta del terror con que se vive el día a día en Apatzingán, la ciudad del estado de Michoacán donde reside el padre Gregorio López. 

Su alto perfil, con fuertes declaraciones sobre las implicancias de los políticos en las redes que han tejido los diferentes cárteles que "gobernaron" la región durante los últimos diez años, lo ha llevado a protegerse a la hora de exponerse en público: da misa con un chaleco antibalas debajo de su ropa ministerial.

"Aquí sé cómo masca la iguana, cómo corre el agua, sabemos cómo está todo. Tenemos la fuente de la gente. Sabemos cuántos muertos y secuestros hay. Cuántos ranchos han robado, qué ministerios públicos, notarios y policías están con ellos. 

Sabemos la corrupción que hay en la presidencia municipal", describe el religioso sin pelos en la lengua.

Su cruda exposición lo ha llevado a recibir amenazas de muerte de parte del crimen organizado, por lo que además de su vestimenta de protección acepta que los guardaespaldas cuiden de su seguridad personal. 

Hace más de una década que los narcotraficantes dominan la región de Tierra Caliente, tejiendo una red que López conoce bien y que ha llevado a la aparición de milicias civiles llamadas "autodefensas". El religioso tampoco desconoce su funcionamiento.

"Una vez que La Familia, ahora Caballeros Templarios, se posicionó en el mercado de las drogas de Michoacán, comenzó una estrategia basada en ejes: social, político, intelectual, económico, laboral y en el ámbito de la aplicación de la justicia", explica en la entrevista con El Universal.

Con tanta penetración en las diferentes capas de la sociedad, pronto comenzaron a inyectar sus ganancias en negocios legales, comercios y empresas de las que se han ido apoderando con el servicio de sicarios y ante la inacción de las autoridades.

"Tienen la capacidad de decidir quién puede trabajar para el Gobierno o hasta quién puede cortar limón. Ellos controlan todo, aunque las autoridades no lo quieran aceptar", asegura el religioso.

A pesar de ellos, decidió emprender una lucha valiente a cara descubierta contra estas organizaciones, lo que lo llevó a pedir la asistencia del Estado federal y hasta del mismo presidente: "Le digo a Enrique Peña Nieto que le beso los pies el día que tenga en la cárcel a Nazario Moreno, a Enrique Plancarte Solís y a Servando Gómez Martínez. No agarren a Chiclano (se refiere al arresto de Joaquín Negrete), él es el mil de Los Templarios. Agarren al 1, al 2 y al 3, y le beso los pies", promete.

El sacerdote, conocido también como "Padre Goyo", criticó duramente la presencia del Ejército en Apatzingán por su inacción, describiendo en una entrevista con Red Noticiero, que reproducimos a continuación, la manera en que figuras conocidas de Los Caballeros Templarios se movían disfrazados de periodistas o a cara descubierta frente a los policías, sin que éstos hicieran nada por detenerlos.

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