El doctor Pedro Núñez Jiménez dijo que el detenido será trasladado a San Pedro de Macorís y agregó que otras siete personas son investigadas para determinar si tienen relación con la red de la región Este denominada “Los verdugos de la fosa”, que vendían los vehículos robados entre 60 y 65 mil pesos en la frontera, los que luego cruzaban hacia Haití.
Indicó que las investigaciones se amplían porque la banda al parecer tiene ramificaciones en otras partes del país.
El fiscal Núñez Jiménez precisó que “se investiga a esas siete personas por los contactos con vendedores y compradores de los vehículos robados, pero aún no se ha establecido su vinculación directa con los hechos”.
La Policía y el Ministerio Público confirmaron la muerte de cuatro choferes de minibuses y camiones asesinados por la banda, y el fiscal Núñez dijo que pasan de 15 los vehículos robados por la red que operaba en la región Este.
La banda desmantelada la integraban Radhamés Antonio Ramírez, como cabecilla y quien cumplió prisión de 18 años de una pena de 20 por asalto y homicidio a mano armada; Hugo Zorrilla Alfonseca (Palulo) y su esposa, sargento de la Policía, Luz Divina Martínez, que se dijo prestaba la pistola a su cónyuge; Tony Alberto Medrano, y Hansel Peralta Mercedes. A Ramírez le impusieron un año de prisión como medida de coerción.
La Policía busca a un haitiano conocido como “Yan”, a quien se acusa junto a Adames Lorenzo de negociar en Elías Piña los vehículos y pasarlos a territorio haitiano.
A la red se la atribuye el asesinato del chofer de camiones, Germán Quezada Arredondo, y de los transportistas de pasajeros David Polanco, Gary Wilson Rodríguez y uno identificado como Thousand.
El caso lo llevan representantes del Ministerio Público, los fiscales adjuntos Carmen Mohammed y Eladio Cordero.
Las investigaciones arrojaron que los integrantes de la banda citaban a los chóferes y tras encañonarlos con armas de fuego los trasladaban al sector conocido como H-3, de Juan Dolio, donde los amarraban de pies y manos, amordazaban, le colocaban fundas plásticas en la cabeza y los lanzaban vivos a la fosa.
Zorrilla Alfonseca admitió que fue quien ubicó al chofer Arredondo Quezada para que lo llevara a Juan Dolio, donde su socio Ramírez lo encañonó, lo llevaron al lugar, lo ataron de pies y manos y lo lanzó a la fosa con vida.
El fiscal Núñez Jiménez negó que Zorrilla Alfonseca obtuviera una libertad fácil y aclaró que fue investigado por un homicidio anterior y permaneció siete meses en prisión, por la muerte del chofer Vidal Berroa Manzueta, encontrado hace un año con un block debajo del puente Higüamo en San Pedro.
Fuente elnacional
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