Ramirez, es vinculado a la peligrosa y violenta ganga mexicana MS-13.
Ramirez, fue instruido de cargos por asesinato en segundo grado, posesión ilegal de un arma de fuego.
Ramirez, fue instruido de cargos por asesinato en segundo grado, posesión ilegal de un arma de fuego.
El sospechoso, estaba en libertad bajo fianza, después de ser arrestado por dos robos a mano armada.
Vistiendo el uniforme de preso criminal, esposado, encadenado, arrastrando los pies y cubriéndose el rostro con una capucha negra para no dejarse ver, se declaró no culpable durante la vista de acusaciones.
Los fiscales dijeron que Ramirez, que este jueves cumplirá 21 años de edad, y un acompañante no identificado, se enfrentaron a un grupo en la calle Shawmut, después de la medianoche del sábado último, sacó el arma y disparó una sola ráfaga, una de cuyas balas, atravesó la ventana de la habitación donde estaba la dominicana, hiriéndola gravemente.
La madre, expiró posteriormente en el hospital.
Aunque en la corte, Ramires, se declaró “inocente”, los fiscales alegan que confesó en el interrogatorio de la policía, admitiendo que fue él quien apretó el gatillo.
El Fiscal Adjunto del condado Suffolk en Boston, David Fredette, le dijo al juez que Ramirez, es un delincuente peligroso, que siempre andaba armado por lo que no debe seguir en las calles, representando una amenaza de muertes, atracos y destrucción de vidas.
Ramires, escuchó y respondió las preguntas a través de un intérprete en español. Numerosos parientes de la madre, que estuvieron en sala de justicia, expresaron su indignación y algunos, lloraron en silencio.
Otros, reaccionaron coléricos por no poder verle la cara al asesino de la madre. “El, no mató a un animal, fue a una persona”, expresó una señora que se identificó como sobrina de la víctima.
“Asesinó a una mujer que no estaba en fiesta ni en las calles, sino cuidando a sus hijos en la casa”, agregó la sobrina que rehusó identificarse.
La dominicana muerta deja en la orfandad a dos hijas de 13 y 12 y un hijo de 4 años de edad, según dijeron sus familiares.
La describieron como una mujer amable, que iba a la iglesia, apoyada por sus hijos e hija y era nativa de la República Dominicana.
El abogado de oficio Kelli Lea Porges, asignado a la defensa de Ramires, pidió al juez que permitiera al acusado cubrirse el rostro durante la audiencia, argumentando que identificarlo era un punto “critico” en el caso, por lo que quería ocultar su raza, altura y peso de las cámaras de la prensa y el público presente en el tribunal.
“El magistrado Maththew J. Nestor, respondió al jurista que “este es un procedimiento público, ordenando que Ramirez apareciera a través de un vidrio y hablando por un intercomunicador (bocinita).
“No voy a permitir que se ponga de pie y que se ponga algo para cubrirse”, advirtió el juez, pero rápidamente el abogado le pasó su chaqueta del traje negro, con la que Ramirez, se pudo tapar la cara.
Con la prenda, puesta sobre su cabeza, Ramirez, se cubrió parte del cuerpo. El juez lo dejó preso sin derecho a fianza y le revocó la fianza por los dos casos anteriores de robos a mano armada, cometidos supuestamente por él en marzo y abril de este año.
En el primer caso, se le acusó de robar a un hombre al que le puso un cuchillo y le llevó una mochila y la cartera con $100 dólares, el 28 de marzo.
El 9 de abril, volvió a cometer otro atraco, robándole a otro hombre y a punta de pistola, el celular y $50 dólares.
La segunda víctima testificó que él estaba sentado en el porche de su casa en la avenida Spencer, cuando Ramirez, acompañado por un cómplice, se le acercó, le apuntó con la pistola en la cabeza y lo atracó.
También lo obligó a quitarse la camisa para ver si tenía tatuajes de pandillas, según se reporta en el expediente.
La víctima relata que Ramirez, le preguntó a su cómplice, se debía pegarle un tiro. Cuando la policía le preguntó al atracado, por qué piensa que el sospechoso le robó, dijo que Ramirez, pensó que él, era un miembro de alguna pandilla de la calle 18 y cree que el acusado pertenece a la peligrosa ganga MS-13.
El 17 de abril, la policía interrogó a Ramirez, que se identifica en facebook como “Colocho, La Maravilla”. Le dijo a la policía que el arma que usó en el segundo atraco, es falsa y admitió que participó en un robo “cuando vine de vuelta de mi país”, pero los investigadores no han especificado su nacionalidad.
Vistiendo el uniforme de preso criminal, esposado, encadenado, arrastrando los pies y cubriéndose el rostro con una capucha negra para no dejarse ver, se declaró no culpable durante la vista de acusaciones.
Los fiscales dijeron que Ramirez, que este jueves cumplirá 21 años de edad, y un acompañante no identificado, se enfrentaron a un grupo en la calle Shawmut, después de la medianoche del sábado último, sacó el arma y disparó una sola ráfaga, una de cuyas balas, atravesó la ventana de la habitación donde estaba la dominicana, hiriéndola gravemente.
La madre, expiró posteriormente en el hospital.
Aunque en la corte, Ramires, se declaró “inocente”, los fiscales alegan que confesó en el interrogatorio de la policía, admitiendo que fue él quien apretó el gatillo.
El Fiscal Adjunto del condado Suffolk en Boston, David Fredette, le dijo al juez que Ramirez, es un delincuente peligroso, que siempre andaba armado por lo que no debe seguir en las calles, representando una amenaza de muertes, atracos y destrucción de vidas.
Ramires, escuchó y respondió las preguntas a través de un intérprete en español. Numerosos parientes de la madre, que estuvieron en sala de justicia, expresaron su indignación y algunos, lloraron en silencio.
Otros, reaccionaron coléricos por no poder verle la cara al asesino de la madre. “El, no mató a un animal, fue a una persona”, expresó una señora que se identificó como sobrina de la víctima.
“Asesinó a una mujer que no estaba en fiesta ni en las calles, sino cuidando a sus hijos en la casa”, agregó la sobrina que rehusó identificarse.
La dominicana muerta deja en la orfandad a dos hijas de 13 y 12 y un hijo de 4 años de edad, según dijeron sus familiares.
La describieron como una mujer amable, que iba a la iglesia, apoyada por sus hijos e hija y era nativa de la República Dominicana.
El abogado de oficio Kelli Lea Porges, asignado a la defensa de Ramires, pidió al juez que permitiera al acusado cubrirse el rostro durante la audiencia, argumentando que identificarlo era un punto “critico” en el caso, por lo que quería ocultar su raza, altura y peso de las cámaras de la prensa y el público presente en el tribunal.
“El magistrado Maththew J. Nestor, respondió al jurista que “este es un procedimiento público, ordenando que Ramirez apareciera a través de un vidrio y hablando por un intercomunicador (bocinita).
“No voy a permitir que se ponga de pie y que se ponga algo para cubrirse”, advirtió el juez, pero rápidamente el abogado le pasó su chaqueta del traje negro, con la que Ramirez, se pudo tapar la cara.
Con la prenda, puesta sobre su cabeza, Ramirez, se cubrió parte del cuerpo. El juez lo dejó preso sin derecho a fianza y le revocó la fianza por los dos casos anteriores de robos a mano armada, cometidos supuestamente por él en marzo y abril de este año.
En el primer caso, se le acusó de robar a un hombre al que le puso un cuchillo y le llevó una mochila y la cartera con $100 dólares, el 28 de marzo.
El 9 de abril, volvió a cometer otro atraco, robándole a otro hombre y a punta de pistola, el celular y $50 dólares.
La segunda víctima testificó que él estaba sentado en el porche de su casa en la avenida Spencer, cuando Ramirez, acompañado por un cómplice, se le acercó, le apuntó con la pistola en la cabeza y lo atracó.
También lo obligó a quitarse la camisa para ver si tenía tatuajes de pandillas, según se reporta en el expediente.
La víctima relata que Ramirez, le preguntó a su cómplice, se debía pegarle un tiro. Cuando la policía le preguntó al atracado, por qué piensa que el sospechoso le robó, dijo que Ramirez, pensó que él, era un miembro de alguna pandilla de la calle 18 y cree que el acusado pertenece a la peligrosa ganga MS-13.
El 17 de abril, la policía interrogó a Ramirez, que se identifica en facebook como “Colocho, La Maravilla”. Le dijo a la policía que el arma que usó en el segundo atraco, es falsa y admitió que participó en un robo “cuando vine de vuelta de mi país”, pero los investigadores no han especificado su nacionalidad.
Nota de Miguel Cruz Tejada
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