Después de un año agitado en la Casa Blanca, el presidente de los Estados Unidos,Barack Obama, inició el sábado unas vacaciones de 16 días en el soleado Hawaii.
Obama, su esposa Michelle, y sus hijas Malia y Sasha aterrizaron en Honolulu sobre las 23:30 del viernes (09:30 GMT del sábado), donde fueron recibidos por el almirante Samuel Locklear, jefe del Comando Asia-Pacífico de Estados Unidos; el gobernador de Hawaii, Neil Abercrombie; y el alcalde de Honolulu, Kirk Caldwell. La familia Obama se trasladó luego a una residencia alquilada.
Obama comenzó 2013 con un discurso inaugural en el que presentó un ambicioso programa de gobierno después de una exitosa campaña de reelección.
Pero cerró el año el viernes en Washington con una pesada conferencia de prensa, en la que desvió negras evaluaciones de sus perspectivas e intentó con cautela un mensaje optimista para el 2014: "Estamos a punto de hacer cosas realmente buenas", dijo.
Los segundos mandatos son siempre difíciles porque el cansancio, las promesas incumplidas y el deteriorado entusiasmo político agotan a los gobiernos.
La agenda de Obama, sin embargo, está empantanada por la parálisis del Congreso, y sus índices de aprobación han caído a mínimos históricos.
"El final del año siempre es un buen momento para reflexionar y ver qué se puede hacer mejor el próximo año", dijo Obama en la rueda de prensa. "Así es como tengo la intención de tomármelo. Estoy seguro de que voy a tener aun mejores ideas después de un par de días de sueño y sol".
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