Pese a las súplicas de sus seguidores, el cantante canadiense se negó a regresar al escenario.
Por lo general, los episodios más escandalosos suelen llevar su firma, pero en esta ocasión -todo hay que decirlo- el artista canadiense fue la víctima. Todo ocurrió el pasado sábado, durante una presentación en el Arena Anhembi de Sao Paulo (Brasil).El concierto avanzaba sin mayor novedad, en medio de la pasión y la locura de sus fans, cuando ocurrió lo imprevisto.
De repente, alguien desde el público le lanzó un botellazo que le impactó en una mano, cayendo al suelo su micrófono.
Su mirada lo dijo todo entonces. Con un ostensible gesto de furia y odio, dio media vuelta y dio por concluido el concierto de forma anticipada, para desesperación de sus seguidores, que se quedaron más de media hora después esperando que el cantante regresara, algo que no hizo.
De hecho, hasta corearon a voz en grito su gran éxito 'Baby', que no llegó a cantar por este incidente. Los organizadores se negaron a comentar el suceso que provocó la suspensión del show, que formaba parte del "Believe Tour".
Aunque lo cierto es que, según cuentan las crónicas, sus fanáticos salieron igual de contentos, coreando su nombre y sus canciones.
Como dato anecdótico, en Twitter se sucedieron las bromas sobre el incidente, destacando una ingeniosa cuenta en la que una botella de agua se explica: "¡Dejad de juzgarme, solo quería tocar a Justin como todo el mundo!".
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