Se trata de un vibrador que se oculta discretamente en una funda lavable pegada al asiento de la bicicleta; un pequeño bolsillo que queda en la parte trasera del asiento, contiene la unidad de control y dos pilas AA que hacen funcionar el aparato.
Aunque el vibrador está diseñado para adaptarse a la anatomía femenina, es igualmente disfrutable para los ciclistas varones, según indican sus creadores.
El ejercicio nos hace felices, pero con un incentivo como este, es muy seguro que las ciudades del mundo se llenen de ciclistas al borde del placer. Irse y venirse en bici será la nueva tendencia sexual.
El Happy Ride (Paseo Feliz), tiene un costo de 42 dólares y se recomienda no usar durante un congestionamiento.
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