No cabía un alma. El teatro del hotel Jaragua estaba repleto de un público que se fue a gozar las ocurrencias de Raymond y Miguel, quienes protagonizaron un show cargado de humor y en el que personajes como Tirso o Tubérculo Gourmet mantuvieron la risa de oreja a oreja de los presentes.
Fueron sus ocurrencias y sus interpretaciones las que sirvieron de soporte para que los presentes se rieran con ganas y no se percataran de las deficiencias en la producción general.
Mucha gente fue y no pudo entrar porque las boletas se habían agotados desde hacía varios días. Ya se habla de una reposición para ese público ávido de disfrutar de la producción que ratifica a la pareja como los nuevos reyes del humor.
Las pocas boletas que el mercado logró revender estaban carísimas. Hasta 5 mil pesos podía llegar el precio.
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