Es la bestia rubí que los actores Vin Diesel y Paul Walker utilizan para atravesar dos de las torres más altas de Abu Dabi en la última película de la saga Rápido y Furioso, estrenada el año pasado.
“Un carro como ese es muy especial”, dijo Diesel en una entrevista durante el rodaje del film.
Y tiene razón.
El Lykan HyperSport usado en esa cinta es uno de los automóviles más caros y exclusivos del mundo — existen solo siete y cada uno cuesta más de $3.4 millones.
Ahora, la compañía creadora del primer súper deportivo árabe hace su debut en la industria automovilística estadounidense, presentando un nuevo modelo y teniendo como base de sus operaciones de distribución en el continente a Miami.
“[Miami] es un gran mercado para este tipo de carros, muchos de los coleccionistas tienen una segunda casa acá, y mantienen sus coches en la ciudad, que es magnífica para la conducción,” dijo Jorge Mesa, un empresario cubano de 30 años encargado de los nuevos emprendimientos del fabricante W Motors.
Fundada en el 2012 por el libanés Ralph Debbas, la empresa W Motors tiene su sede central en los Emiratos Árabes Unidos y emplea alrededor de 150 personas, incluyendo ingenieros franceses e italianos, según contó Mesa.
Oriundo del municipio de Marianao en La Habana, Mesa conoció a Debbas gracias a sus conexiones en la industria del petróleo; actualmente dijo encontrarse construyendo uno de los oleoductos más importantes del mundo en Guatemala.
“Yo vendía mucha azúcar al Medio Oriente y petróleo también, les compraba y les vendía”, cuenta Mesa. “Conocí al fundador de la empresa y me ofreció participar y bueno ahora soy socio”.
El Lykan fue concebido en el 2013 para establecerse como uno de los carros más lujosos y rápidos de la actualidad.
Puede acelerar de 0 a 60 en menos de 3 segundos y tiene una velocidad máxima de 240 millas por hora. La aerodinámica carroza está hecha completamente de fibra de carbono y pesa 3,042 libras.
Es el primer y único auto del mundo en integrar luces LED con diamantes y zafiros incrustados. Su interior cuenta con asientos bordados en hilo de oro y una pantalla multimedia con proyecciones holográficas que responden a los gestos manuales del conductor.
Con un precio de $3.4 millones, es el tercer vehículo más caro del mundo, por detrás del Koenigsegg CCXR Trevita ($4.8 millones) y el Lamborghini Veneno (4.5 millones).
Via nuevoherald
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