Apenas se ha jugado casi un tercio (el 28%) del calendario, ni siquiera las punteras Estrellas contabilizan la mitad de las victorias para clasificarse y en las próximas dos semanas los planteles sufrirán profundos cambios en sus nóminas.
Pero ya fanáticos, directivos de equipos y comentaristas tienen calculadoras a manos y hacen proyecciones de postemporada.
Un deporte que resulta tan complejo de analizar por los márgenes milimétricos que los definen, desde el bateador para hacer contacto hasta el defensor para ejecutar las rutinas pocas veces ofrece estadísticas que no requieren lupas para entender las tablas de clasificaciones.
En el torneo otoño-invernal Pepe Busto los cuatros equipos (Estrellas, Gigantes, Escogido y Águilas) en plazas de playoffs lo separan por tres juegos entre el uno y el cuatro son los que han anotado más carreras que las permitidas, los que tienen los mejores porcentajes de vueltas limpias permitidas y los que menos errores han cometido.
Los sotaneros Licey (-18) y Toros (-18) tienen los peores diferenciales de anotaciones, las efectividades más altas (4.23 y 3.27) y sus defensas son las más frágiles con 25 y 28 errores. Ambos requieren cirugías profundas pero son pacientes tan delicados que pueden no resistir ni el rasguño de las jeringas para las anestesias.
Jugar para .500 es la meta simbólica de cada club, ya que en la mayoría de casos garantiza el pase a la postemporada. De hecho, desde que se juega el Round Robin, a partir de la campaña 1986-87, solo tres equipos que han ganado la misma cantidad de partidos que los que han perdido no se clasificaron en los 30 torneos jugados bajo ese formato (salvo el 1998-99) para un 90%.
Para alcanzar esas metas emblemáticas, Tigres y Bovinos (4-10) deben ganar 21 de los 36 partidos que les restan en sus calendarios, jugar para .584.
Los romanenses, que arrancaron con 3-12 en los primeros 15 choques o .200 el curso pasado, ganaron 21 de sus próximos 35 choques (.600) y se quedaron fuera ante un Escogido que ganó un choque más que ellos.
Solo las Estrellas de 2003-2004 (25-25), el Escogido de 2008-2009 (25-25) y las Águilas de 2009-2010 (25-25) se han quedado sin pasaje a la postemporada terminando con marcas parejas. Pero en 16 ocasiones avanzaron conjuntos con marcas negativas, aprovechando el desplome de un equipo y que los de la punta se separaron a kilómetros del resto.
Con esas marcas, Licey y Toros se ven forzados a jugar mirando las pizarras de los otros dos juegos. El miércoles se dio la combinación que menos convenía a los azules al perder en La Romana y el cuarto lugar (Águilas) ganar en la capital para alejarse a tres partidos completo. Los resultados contrarios hubiesen permitido a los de Luis Urrueta comenzar la jornada de hoy a dos choques del “dinero”.
Fuente Diariolibre
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