Tres de los cuatros cuatreros fueron sorprendido en el edificio cuando se disponían a entrar a un apartamento, a eso de las 3:00 de la tarde, donde sólo había un niño en su interior, quien se comunicó con su padre y le informó lo que estaba ocurriendo.
El padre del niño, a su vez, alarmó a los vecinos y estos salieron a hacerle frente a los “cacos”, a los cuales sometieron a la obediencia hasta que llegaron autoridades policiales y fueron amarrados.
Los tres supestos ladrones que entraron al edificio rompieron la puerta de vidrio y les esperaba el cuarto hombre en un carro afuera, preparado para emprender la huida, al que también los vecinos agarraron.
Uno de ellos había arreglado la puerta de un closet días atrás en ese apartamento. Los cuatro estaban tomando whisky mientras hacía su fechoría, la cual era parte de una secuencia de robos que venían cometiendo, según los propios delincuentes le relataron a la policía.
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