No se sabe quién fue el ideólogo de la broma que se le hizo al dominicano, pero el chofer fue el infielder Mike Avilés, a quien se le vio corriendo hacia el estacionamiento. Avilés se había llevado las llaves del BMW blanco de Ramírez-con los demás compañeros observando todo-y decidió que era hora de darle una lesión al torpedero joven en la etiqueta de estacionamiento.
"Vimos su carro estacionado", explicó Avilés. "Estaba un poco lejos del contén. Se veía mal parqueado. Había muchos espacios disponibles, así que pensábamos que sería bueno estacionarlo en un lugar más cómodo para él. Lo pusimos en el campo corto para que se sintiera cómodo".
Resulta que Ramírez tiene fama de estacionar su carro donde le da la gana.
Cuando eso volvió a suceder el jueves, Avilés tomó acción.
Ramírez no sabía nada hasta que salió al terreno con sus compañeros para sus prácticas de rutina.
"Definitivamente, salió bien", dijo Avilés. "Era un espacio bueno. Y (el carro) estaba bien colocado en el campo corto. Todo el mundo estuvo riéndose. Fue bien cómico".
El manager de los Indios, Terry Francona, tuvo un solo comentario.
"¿Maneja un BMW? Los tiempos están cambiando", dijo Francona. "En mi octavo año tenía un Volkswagen 'Cepillo' al que no podía apagar la calefacción".
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