De manera sorpresiva las lluvias empezaron a caer y en pocos segundos varias calles y avenidas del casco urbano estaban totalmente cubiertas de agua, impidiendo el tránsito vehicular y de transeúntes.
Los granizos tiñeron de blanco las calles y las aceras, algunos curiosos salieron a los balcones a recoger parte del hielo. Es el segundo día consecutivo que llueve fuerte en el municipio de Santiago y otros de la provincia, sin que se conozcan situaciones de emergencia.
Foto cortesía Ricardito Flete
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