El pasado 4 de mayo, Almonte, un veterano de 17 temporadas en el béisbol profesional, se sometió a un examen rutinario de orina antes de un partido con los Sounds de Nashville, la sucursal AAA de los Cerveceros de Milwaukee, en Albuquerque.
El 29 de mayo recibió una carta de la oficina del comisionado de Grandes Ligas donde se le informaba que estaba siendo suspendido por 50 partidos por usar anfetaminas y que tenía tres días para apelar.
"Quedé en shock, no lo podía creer, nunca he usado drogas y no comenzaría en lo que probablemente será mi última temporada como jugador en Estados Unidos", dijo Almonte.
"Llamé a la Asociación de Peloteros, pero me informaron que básicamente solo podían ayudar a peloteros en rosters de 40 o roster activos de Grandes Ligas. Estaba solo en el asunto", agregó Almonte, quien apareció en Grandes Ligas en 2001 y 2003 con los Yankees de Nueva York y el año pasado con Milwaukee.
Con la ayuda de su agente, Héctor Faney, y el pago de $200 dolares, Almonte inició su proceso de apelación.
Las estadísticas estaban en su contra: Desde el 2005, han habido más de 460 suspensiones -- incluyendo 47 en el 2012 -- por violar el programa anti drogas de las ligas menores y aunque las apelaciones ganadoras no son anunciadas, las probabilidades de revertir una sanción son casi nulas.
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