Bautizado como 'Wahh Quantum Sensations', este spray se vende por apenas 20 euros y "se parece a un trozo de lápiz labial". Una dosis es suficiente para apreciar "unos segundos de borrachera", según sus diseñadores.
Una dosis libera 0.075 ml de alcohol, la cantidad mínima para que las micropartículas puedan estimular el cerebro y ofrecen sensaciones reales en el paladar, es "una pequeña cantidad de alcohol", sin riesgo de alcoholemia. Una bebida contiene de 40 a 60 mililitros de alcohol. Se necesitarían casi 1.000 pulverizaciones para obtener los efectos de una bebida alcohólica, según los científicos que diseñaron el aerosol.
"La cuestión es cómo hacer el bien sin hacer daño. Wahh es una alternativa que ofrece la idea de la intoxicación alcohólica, sin sus efectos adversos", asegura Philippe Starck.
El Wahh nació del encuentro entre dos hombres. David Edwards creó en 2007 el 'Laboratorio' en París, un sitio de Arte y Diseño en las fronteras de la ciencia, espacio expositivo y de "degustación", donde ha sido presentado el Wahh y donde se le dedicará una exposición el jueves 22 de julio.
Antes de Wahh, el señor Edwards había desarrollado el 'Whif', en 2008, otro pequeño aerosol del tamaño de un cigarro del que se vendieron (por entre 1,80 euros y 3,99 euros) unas 400.000 copias en todo el mundo, y que permitían sentir los "sabores" del chocolate, el café y el té, según un portavoz del 'Laboratorio', que también incluye una tienda de regalos y un bar de degustación.
Esto fue seguido en 2009/2010, del 'Whaf', "un generador de nubes de sabor" a partir de mezclas líquidas realizadas por el usuario (del Martini a la tarta de limón...) y generado gracias a un sistema integrado con ultrasonido en una jarra, desarrollado con el diseñador culinario Marc Bretillot. La nube se puede disfrutar con un vaso y pajita específica. El conjunto se vende por 129 euros.
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