2 de abril de 2012

Concejos para Semana Santa, ¡protégete del sol!

Las vacaciones de Semana Santa son, para muchos, la primera gran escapada del año. Si tienes la suerte de salir estos días, tal vez ya estás pensando en qué meter tu maleta.
 Y –pese a que las previsiones no son demasiado positivas en lo que al tiempo se refiere-, es fundamental no olvidarse de incluir en ella un buen protector solar.



Hay más horas de sol y la primera toma de contacto con el astro rey puede hacer estragos en nuestra piel, que ha estado a buen resguardo durante todo el invierno.
Mucho ojo en estas situaciones
Así, apunta que, a pesar de todas las campañas de prevención del riesgo solar, aún continuamos cometiendo algunos errores muy comunes por desconocimiento:
- Viajes en carro: el cristal del carrono nos protege del sol, más bien lo contrario. La ventana hace un efecto lupa peligroso y si conducimos mucho tiempo con el sol de frente pueden provocarse quemaduras, por lo que es necesario protegerse antes de iniciar un viaje largo en un día soleado.
- Días nublados: otro error frecuente es pensar que los días nublados no son peligrosos. La radiación solar es capaz de traspasar al 40% las nubes, según los expertos. 
Las nubes pueden ser peligrosas porque crean un efecto lupa con el sol, que incide aún más sobre la piel. Hay que distinguir entre día nublado o con nubes bajas o altas. Si las nubes están muy altas el sol quema más, de hecho si las nubes son cirros, el 95% de la radiación solar pasa a través de ellas.
- Cuidado con las terrazas: llega la primavera y con el buen tiempo apetece sentarse en una terraza a tomar el aperitivo. Es un error muy común sentarse cara al sol para disfrutar de los primeros rayos de la temporada y pensar que este sol es diferente del de la playa o la montaña. El doctor Ordás advierte de que el sol es el mismo y afecta de la misma forma así que lo prudente es utilizar un protector solar.
Si viajas a…
Además, estas son las recomendaciones generales del doctor Ordás para protegerse del sol según el destino escogido para nuestras vacaciones de Semana Santa:
- La montaña: es el destino con más riesgo de quemaduras, sobre todo si se va a ir a la nieve. Según la Organización Mundial de la Salud, la nieve refleja el 80% de los rayos ultravioletas, una cifra mucho mayor que otras superficies como la hierba, el asfalto, la arena o el agua, donde estos rayos ultravioletas sólo se reflejan un 25%. 
En las zonas más altas la radiación de los rayos ultravioletas es mucho más intensa porque la distancia con el sol es menor. Además, y durante la primavera y en condiciones de cielo despejado, la reflexión por nieve puede elevar los valores de la radiación hasta los niveles del verano. Por tanto, en la nieve habrá que emplear siempre el factor de protección más alto, independientemente del fototipo de piel que se tenga, y aplicarla al menos cada dos horas.
-La playa: hay que tener en cuenta el tipo de playa a la que se va a ir, ya que no es igual tomar el sol en el Mediterráneo que en el Caribe. El doctor Ordás explica que son muchas las personas que acuden a la consulta con quemaduras provocadas en lugares exóticos y aseguran que han utilizado protección solar. 
El problema es que el sol no incide de la misma forma en todos los puntos de la tierra, y la radiación solar, al depender de la elevación del sol, varía con la latitud, la estación y la hora, siendo mayor en los trópicos, en verano y al mediodía. 
Además, en estos lugares, que normalmente cuentan con aguas claras y cristalinas y arena blanca, el sol es más peligroso porque se refleja, multiplicando su incidencia.
- Por la ciudad: pasear por las calles o tomarse un aperitivo en una terraza sin protección solar conlleva los mismos riesgos de sufrir quemaduras que si lo hiciéramos en la playa. 
Hay que utilizar un protector solar al menos en el rostro, la zona más expuesta y que más acusa el fotoenvejecimiento. 
Hay que vigilar especialmente las zonas donde más suele atacar el cáncer de piel: la nariz, los labios, los ojos, la raya del pelo y el borde de las orejas y no olvidarse de proteger también el dorso de la mano.

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