Desde el 2006, una falsa identidad de la presentadora de televisión había sido utilizada por Carlos Montás, de 30 años, quien se hacía pasar por ella a través de una cuenta de Hotmail.
Montás, residente en San Cristóbal, creó la falsa cuenta de ibelka-ulerio@hotmail.
“En los últimos meses, mucha gente del medio me decía que aparecía un correo con el nombre ibelka-ulerio@ hotmail.com, pero yo no le prestaba mucha atención porque pensaba que la persona que hacía eso se le iba a pasar pronto, pero hubo una semana en la que recibí comentarios de mucha gente allegada y entonces decidí recurrir a las autoridades”, explicó.
Según Ulerio, la policía le ofreció la opción de someter a prisión al culpable, pero decidió no hacerle daño “porque es un muchacho de 30 años, casi de mi edad”.
La comunicadora no ha ofrecido declaraciones en los medios porque “estaba esperando a que saliera la primera publicación de la carta, porque son tres, para luego yo hacer una carta y presentarla en la televisión”.
No obstante, a pesar de que la conductora de ‘Aquí se habla español’ (canal 9) reconoció que ante un hecho de esta magnitud que desacredita la imagen de una figura, una carta no es suficiente para resarcir los daños morales, ella no piensa llevar el caso a los tribunales.
Además, entiende que en poco tiempo esa persona sería liberada de la prisión.
“Él estaba llorando y estaba arrepentido, además su madre es una madre soltera que tiene tres niños y no tiene muchos recursos”.
Frente a casos como estos en la red es que la imagen negativa permanece por mucho tiempo y ella está consciente de eso. “Esto me ha perjudicado de muchas maneras.
Mucha gente dice que soy lesbiana, cuando me gustan los hombres, y soy completamente heterosexual”.
En la carta publicada en El Nuevo Diario, el responsable del perjuicio hacia Ibelka Ulerio (Carlos Montás) externa su arrepentimiento.
De la publicación se extraen los siguientes fragmentos: “... Desarrollé un comportamiento de insinuaciones lésbicas y otros tipos de propuestas inmorales y morbosas, esto se convirtió en un pasatiempo entretenido con el cual ocupé mis espacios libres desde 2006 hasta la fecha...”.
“Deseo que Ibelka Ulerio me pueda perdonar todo el daño que le ocasioné a su moral e imagen y de igual forma que todas sus amistades y relacionados que de alguna manera me burlé de ellos con ese jueguito sucio, también me perdonen. Nunca imaginé el daño que ocasionaba con ese comportamiento irresponsable e irrespetuoso.
Sé que no podré borrar el pasado, pero sí entender que lo que hice estuvo muy mal, y por eso quiero disculparme profundamente por todos los daños causados y por los malos momentos que ella pudo haber vivido por mi culpa. Prometo no volver hacerlo, pues me siento avergonzado ante ella, mis familiares y amigos.
Muy sinceramente, Carlos Montás”.
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