Entre los amantes del arroz, aquellos que consumen la versión integral tendrían menos riesgo de tener diabetes que los que prefieren el blanco, informó un equipo en Boston.
En un grupo de más de 197.000 adultos en Estados Unidos seguidos durante 22 años, el consumo de arroz blanco refinado estuvo asociado con una mayor probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2, mientras que el de arroz integral estuvo relacionado con una reducción de ese riesgo.
La diabetes tipo 2 aumenta los niveles de azúcar en sangre por la incapacidad del organismo de procesarla adecuadamente. Se puede controlar con dieta, ejercicio y fármacos. "La población debería prestar atención a los carbohidratos y reemplazar los refinados, como el arroz blanco, con granos integrales", dijo a Reuters Health Qi Sun, de la Escuela de Salud Pública de Harvard y del Brigham and Women's Hospital.
Las guías alimentarias de Estados Unidos recomiendan que por lo menos la mitad de los carbohidratos de la dieta provengan de granos integrales. Cada vez más estadounidenses están comiendo arroz, señaló el equipo de Sun. Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, el consumo de arroz se triplicó desde 1930. Pero la mayoría del grano consumido es blanco refinado, al que se le extraen la fibra, las vitaminas y los minerales durante el procesamiento.
Su consumo también puede provocar más incrementos de azúcar en sangre que el arroz integral. El equipo analizó la ingesta de arroz y el riesgo de diabetes en unos 40.000 hombres y más de 157.000 mujeres en tres prolongados estudios de médicos y enfermeras. De ellos, 10.507 desarrollaron diabetes tipo 2 durante el seguimiento.
En los tres estudios, una mayor cantidad de arroz blanco en la dieta estuvo asociada con un aumento del riesgo de sufrir diabetes tipo 2, publicó Archives of Internal Medicine. Tras considerar varios factores del estilo de vida, los participantes que más arroz blanco comían (por lo menos cinco porciones semanales) tenían un 17 por ciento más riesgo de desarrollar la enfermedad que los que consumían menos de una porción mensual.
En cambio, consumir dos o más porciones de arroz integral por semana, comparado con menos de una porción mensual, estuvo asociado con un 11 por ciento menos riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
El efecto protector de un alto consumo de arroz integral "no fue enorme, pero sí significativo", dijeron los autores. Reemplazar un tercio de una porción diaria de arroz blanco (50 gramos) con la misma cantidad de arroz integral reduciría un 16 por ciento el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, estimaron. Y sustituirlo con granos integrales disminuiría ese riesgo un 36 por ciento. Mientras que el arroz blanco aportó menos del 2 por ciento de las calorías totales, el arroz integral contribuyó con menos del 1 por ciento.
Sun destacó que, tras controlar varios factores que podían modificar los resultados, éstos se mantuvieron. Es posible que consumir más arroz integral señale un estilo de vida más saludable. Y, de hecho, los participantes que lo ingerían en gran cantidad tenían hábitos más saludables.
FUENTE: Archives of Internal Medicine, 14 de junio del 2010.
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