El hombre salio a las calles y se compro una hamburguesa.
El presidente “se escapó” hoy de la Casa Blanca por segunda vez en unas pocas semanas para almorzar ese bocadillo de carne molida, que es el símbolo de la cocina estadounidense.
El presidente examinó brevemente el mural con el menú antes de pedir “una hamburguesa con queso y patatas fritas para mí. Que lleve chile jalapeño, tomate, mostaza… y lechuga también” .Obama encargó también una variedad de hamburguesas para su comitiva. Tras recibir su número de turno, el 41, el presidente estadounidense optó por recorrer el local y saludar a los comensales mientras esperaba.
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