"Si dependiera de los dominicanos montarse en un avión y venir, millones vendrían. Si fuera por mí, trasladaría Manoguayabo completo a Cooperstown", dijo Martínez.
Debido a la popularidad e impacto que tuvieron estos jugadores en tiempos recientes, se espera una gran asistencia de fanáticos, incluyendo miles de dominicanos que viajarán desde la isla y ciudades cercanas como Boston, New York y Filadelfia, donde jugó Martínez, quien es apenas el segundo nativo de República Dominicana que entra al Salón de la Fama. El primero fue el pitcher Juan Marichal en 1983.
"Quiero que los dominicanos celebren conmigo, que no me dejen solo", dijo Martínez a ESPNdeportes.com. "Esta es una fiesta de todos. El domingo, yo sólo seré Pedro, pero Martínez seremos todos los dominicanos", agregó.
"Vamos a montar una gran fiesta en Cooperstown. Habrá güira, tambora, banderas y mucho ruido", dijo Carmen Almonte, cónsul de República Dominicana en Boston.
"Pedro es el hijo dominicano más distinguido de Nueva Inglaterra y lo acompañaremos en este momento tan grande. Iremos en autobuses, autos y hasta en carretas jaladas por caballos si es necesario", agregó.
Autoridades del gobierno e instituciones de República Dominicana planean asistir a la ceremonia en Cooperstown y al retiro del número 45 de Martínez con los Medias Rojas de Boston el martes en Fenway Park.
"Vamos a estar ahí para acompañar a Pedro en un momento tan importante para el deporte y la historia dominicana", dijo el doctor Luis Scheker Ortiz, presidente del Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano. Martínez, cuyo número también será retirado por Tigres del Licey en la liga invernal, será integrado al pabellón de la fama de su país en octubre venidero.
"El homenaje que se rendirá a Pedro es en reconocimiento a sus grandes méritos como atleta y como hombre de bien. Además de gran lanzador, Pedro ha sido un destacado ser humano, gran trabajador, muy honesto y solidario con sus gentes y su familia", dijo Miguel Angel Fernández, presidente de los tigres quisqueyanos.
Martínez, un triple ganador del premio Cy Young y ocho veces convocado al Juego de Estrellas de Grandes Ligas, además de ser uno de los pitchers más importantes de la historia, también fue uno de los peloteros más populares y controversiales de sus días.
Sus disputas con los Yankees cuando era miembro de los Medias Rojas lo convirtieron en un héroe en Nueva Inglaterra y en un villano en Nueva York, donde jugó con los Mets por cinco años.
"Tenemos un tour oficial compuesto por cinco autobuses, pero también habrán otras giras que saldrán de Boston y otras ciudades de Nueva Inglaterra", dijo Almonte. "No sé cuántos dominicanos llegarán al lugar, pero puedo asegurar que en ese lugar no han visto la fiesta que vamos a montar", agregó la cónsul.
El récord de asistencia para la ceremonia de exaltación de Cooperstown fue establecido en el 2007, cuando más de 80 mil personas vitorearon a Cal Ripken hijo y Tony Gwynn; alrededor de 50,000 acudieron al llamado en 1999, cuando correspondió el turno a Nolan Ryan, George Brett, Robin Yount y el puertorriqueño Orlando Cepeda, mientras que un estimado de 48,000 asistieron el año pasado al ceremonial de Greg Maddux, Tom Glavine,Frank Thomas y los managers Joe Torre, Bobby Cox y Tony La Russa.
Para encontrar otra gran asistencia hay que remontarse a 1995, cuando 40 mil estuvieron en los alrededores del Complejo Clark para la exaltación de Mike Schmidt y Richie Ashburn.
Hace apenas dos años, Cooperstown tuvo una de sus ceremonias más descolorida de los últimos tiempos.
La Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA, por sus siglas en inglés) no eligió a nadie por octava vez en la historia, y primera desde 1996, dejando el acto con apenas un reconocimiento a tres pioneros ya fallecidos, electo por el Comité de Veteranos; el árbitro Hank O'Day, el antiguo dueño de los Yankees de Nueva York, Jacob Ruppert, y Deacon White, un catcher zurdo del siglo 19.
Apenas un grupo de aficionados visitó el pueblo para el acto del 2013. En esta ocasión, el ambiente será completamente diferente. El mismo Martínez, quien es oriundo de un pequeño pueblo llamado Manoguayabo, en los suburbios de Santo Domingo, ha invitado cerca de 60 personas, entre familiares y amigos.
Nota de Enrique Rojas
Apenas un grupo de aficionados visitó el pueblo para el acto del 2013. En esta ocasión, el ambiente será completamente diferente. El mismo Martínez, quien es oriundo de un pequeño pueblo llamado Manoguayabo, en los suburbios de Santo Domingo, ha invitado cerca de 60 personas, entre familiares y amigos.
Nota de Enrique Rojas
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