Vapear se ha puesto de moda en los últimos años con la idea, implantada por el marketing, de que podría ser menos dañino que fumar. Diversas investigaciones han señalado que los cigarrillos electrónicos pueden contener miles de químico desconocidos, por lo que pueden ser incluso más peligrosos que los productos con tabaco.
Además, el vaping duplica el riesgo de sufrir disfunción eréctil, según una investigación de la Universidad de Nueva York y la Universidad Johns Hopkins.