El grupo, a bordo de una frágil embarcación de fabricación clandestina, fue rescatado en las proximidades de las costas de Samaná.
Cada año miles de dominicanos tratan de alcanzar las costas puertorriqueñas huyendo de la situación económica en la que viven.
A ellos se han unido, cada vez más, haitianos y cubanos residentes en el país.
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