Pero Albert Pujols, con un currículum que no necesita un imparable más para ingresar a Cooperstown cinco años después de su retiro, no se sube a esa ola y se queda tanto con las estadísticas como métodos tradicionales.
“Hay tantas cosas sucediendo con números lanzados y computadoras. Siempre le digo a esos genios que piensan que lo saben todo, ‘pon esa computadora en el home y mira si va a batear’. Creo en la sabiduría que tienen los entrenadores.
Tú juegas 20 años y sabes que haces porque lo juegas, no porque presionas un número y una computadora”, dijo Pujols en un amplio reportaje que le realizó Jerry Crasnick ESPN a raíz de su cercanía con los 3,000 hits.
“Creo que fue el año pasado o hace dos años que alguien dijo algo sobre cómo las carreras impulsadas ya no importan. ¿Me estás tomando el pelo? ¿Cómo ganamos juegos? Me vas a decir que las carreras remolcadas no importan. ¿Cómo vas a ganar juegos si alguien no empuja a alguien? Nadie puede anotar. ¿Entonces limpiemos esto, entonces?”, dijo el toletero dominicano.
En 2017, Neil Paine, un analista sabermétrico del sitio FiveThirtyEight.com de ESPN, presentó a Pujols como el peor pelotero de las Grandes Ligas esa temporada basado en la estadística victorias sobre jugador reemplazo (WAR), un número que busca agrupar todos los aportes que hace un pelotero.
“He empujado (90) o 100 carreras cinco de los seis años que he estado aquí (Anaheim). Sí, mi promedio, OBP y slugging no han sido los mismos. Pero sabes qué, si bateó 30 jonrones y empujo 100 vueltas en los cuatro años que me queda, creo que estaré en una muy buena compañía”, se sinceró Pujols, quien ha perdido 23 puntos en su promedio desde que se cambió de liga en 2011.
En el reporte de Crasnick, Pujols describe una ética de trabajo en el que no da espacio al relajamiento y que como estelar debe llegar más temprano que el resto, una a la que agradece haber aprendido en sus días en San Luis a compañeros como Plácido Polanco, Edgar Rentería y Mark McGwire.
Cuando Pujols consiga los 3,000 hits (entró al viernes a falta de 10) se unirá a un círculo exclusivo de jugadores que ha disparado esa cantidad y al menos 450 jonrones, uno que lo completan Hank Aaron, Carl Yastrzemski y Adrian Beltré.
El inicialista menciona al venezolano Miguel Cabrera y al canadiense Joey Votto como dos de los bateadores que más admira. También al bolivariano José Altuve.
“Miggy es el mejor bateador ahora mismo. Es Miguel a la derecha y Joey Votto es muy especial. Su coordinación de manos-ojos es grande, y me gusta su swing y su ética de trabajo. No me importaría tener uno de esos tipos delante con el juego en la línea. No te puedes equivocar con ninguno”.
Con respecto a los lanzadores más difíciles que ha tenido que enfrentar, Randy Johnson tiene un capítulo aparte, a pesar de que va de 16-0 contra Corey Kluber, de 21-2 con Chris Sale y de 65-13 contra Félix Hernández.
“Randy todavía estaba en su prime cuando llegué. A pesar de que tuve éxito, era un tipo que tú realmente no quería enfrentar. Era un jugar, hombre. Recuerdo que no podías ni siquiera decirle ‘hola’ antes de que él lanzara. En realidad voltee mi gorra al primer turno al bate. Él tenía su cara de juego todo el tiempo”, dijo Pujols.
El dominicano Odalis Pérez fue su “hijo” al batearle de 26-16 (.615), con seis jonrones y 10 boletos. “Una vez le di un hit con la punta del bate y fue un infield hit y él levantó sus manos y dijo cómo, ‘¿en serio? ¿Hasta con ese conseguiste un hit?’, dijo Pujols. “Fue tan divertido. Estaba cómo, ‘hombre, ¿es que no puedo hacerte out?’”.
“Creo que fue el año pasado o hace dos años que alguien dijo algo sobre cómo las carreras impulsadas ya no importan. ¿Me estás tomando el pelo? ¿Cómo ganamos juegos? Me vas a decir que las carreras remolcadas no importan. ¿Cómo vas a ganar juegos si alguien no empuja a alguien? Nadie puede anotar. ¿Entonces limpiemos esto, entonces?”, dijo el toletero dominicano.
En 2017, Neil Paine, un analista sabermétrico del sitio FiveThirtyEight.com de ESPN, presentó a Pujols como el peor pelotero de las Grandes Ligas esa temporada basado en la estadística victorias sobre jugador reemplazo (WAR), un número que busca agrupar todos los aportes que hace un pelotero.
“He empujado (90) o 100 carreras cinco de los seis años que he estado aquí (Anaheim). Sí, mi promedio, OBP y slugging no han sido los mismos. Pero sabes qué, si bateó 30 jonrones y empujo 100 vueltas en los cuatro años que me queda, creo que estaré en una muy buena compañía”, se sinceró Pujols, quien ha perdido 23 puntos en su promedio desde que se cambió de liga en 2011.
En el reporte de Crasnick, Pujols describe una ética de trabajo en el que no da espacio al relajamiento y que como estelar debe llegar más temprano que el resto, una a la que agradece haber aprendido en sus días en San Luis a compañeros como Plácido Polanco, Edgar Rentería y Mark McGwire.
Cuando Pujols consiga los 3,000 hits (entró al viernes a falta de 10) se unirá a un círculo exclusivo de jugadores que ha disparado esa cantidad y al menos 450 jonrones, uno que lo completan Hank Aaron, Carl Yastrzemski y Adrian Beltré.
El inicialista menciona al venezolano Miguel Cabrera y al canadiense Joey Votto como dos de los bateadores que más admira. También al bolivariano José Altuve.
“Miggy es el mejor bateador ahora mismo. Es Miguel a la derecha y Joey Votto es muy especial. Su coordinación de manos-ojos es grande, y me gusta su swing y su ética de trabajo. No me importaría tener uno de esos tipos delante con el juego en la línea. No te puedes equivocar con ninguno”.
Con respecto a los lanzadores más difíciles que ha tenido que enfrentar, Randy Johnson tiene un capítulo aparte, a pesar de que va de 16-0 contra Corey Kluber, de 21-2 con Chris Sale y de 65-13 contra Félix Hernández.
“Randy todavía estaba en su prime cuando llegué. A pesar de que tuve éxito, era un tipo que tú realmente no quería enfrentar. Era un jugar, hombre. Recuerdo que no podías ni siquiera decirle ‘hola’ antes de que él lanzara. En realidad voltee mi gorra al primer turno al bate. Él tenía su cara de juego todo el tiempo”, dijo Pujols.
El dominicano Odalis Pérez fue su “hijo” al batearle de 26-16 (.615), con seis jonrones y 10 boletos. “Una vez le di un hit con la punta del bate y fue un infield hit y él levantó sus manos y dijo cómo, ‘¿en serio? ¿Hasta con ese conseguiste un hit?’, dijo Pujols. “Fue tan divertido. Estaba cómo, ‘hombre, ¿es que no puedo hacerte out?’”.
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