Morel, se enfrenta a una sentencia de dos cadenas perpetuas consecutivas por los asesinatos del imán (clérigo) y su ayudante en un doble homicidio que ha sacudido a toda la ciudad y cometido cuando ambos líderes, salían de la mezquita que dirigían en medio de la llamada “islamifobia”, de la que se acusa por incitarla en sus discursos a Donald Trump.
Se dijo que la familia emigró hace décadas desde Santiago de los Caballeros en la República Dominicana a Nueva York.
El sospechoso negó los cargos y se declaró “no culpable” a través de su abogado en la audiencia. Fue dejado preso sin derecho a fianza y hoy miércoles será interrogado por un Gran Jurado, que decidirá basándose en evidencias y testimonios, el nivel de las acusaciones.
Morel, aparece en el video de una cámara de seguridad en las inmediaciones de la mezquita, disparándoles a los dos musulmanes y luego huyendo. Otra cámara, captó el momento en que atropelló al ciclista.
Hasta ahora, el dominicano, no ha querido hablar con la policía, los fiscales ni los medios, sobre el motivo que habría tenido para presuntamente asesinar a los clérigos islámicos.
Tanto la madre de Morel, señora Ana Morel, quien sufre de cáncer y Alvin Morel, uno de sus hermanos, dijeron no saber porqué el dominicano cometió el horrendo hecho.
Morel, fue arrestado el domingo en el apartamento en el que vivía solo en el vecindario East New York en Brooklyn.
Fue identificado por un diseñador de dibujos para telas que se transportaba en una bicicleta y a quien atropelló en la zona llamada “Los Sures de Brooklyn”, frontera entre ese condado y Queens, durante su huida.
Sus parientes lo describieron como un hombre tranquilo y pacífico, que sólo se movía de su habitación al trabajo y viceversa, pero su huida, minutos después de presuntamente haber ejecutado a los musulmanes, Morel atropelló a un diseñador de dibujos en telas que iba en una bicicleta.
“Nunca olvidaré su mirada”, dijo el diseñador que logró ponerse de pie y tomar el número de la placa del vehículo en el que Morel huía y lo atropelló.
Dijo que Morel, “estaba como loco y profería numerosas palabras obscenas como f..uck, al parecer contra los musulmanes”.
El hermano Alvin, salió en su página facebook en defensa de Oscar, diciendo que “estamos muy tristes con esta noticia del arresto de Oscar. El nunca ha sido mala persona. No sabemos qué pasó”.
Y añadió que excepto, cuando el ataque terrorista a las torres gemelas del 9/11, ellos nunca han tenido odio contra nadie y detalló que forman parte de una familia católica.
Alvin, reside en Jamaica (Queens) y la madre, no se ha pronunciado todavía en relación a la detención y acusaciones contra su hijo.
El sospechoso, al que la policía confiscó un revólver en la habitación en la vivía solo en un sótano de un edificio en East New York (Brooklyn), se transportaba en un carro Chevy Trail Blazer, con el que atropelló al diseñador que iba en la bicicleta.
Morel, no ha revelado aún el motivo que tuvo para asesinar a los líderes islámicos, cuando ambas víctimas caminaban después de salir de su templo.
“Mi hermano es una persona decente”, insistió Alvin. “He estado tratando de llegar (comunicarse) a él todo el día”.
Y sostiene en el mensaje que “la única vez que al igual que todo el mundo en Nueva York, sentimos un odio, fue durante el 9/11. Aparte de eso, nunca hemos odiado a nadie”.
Oscar, estaba trabajando como conserje de limpieza en una escuela pública, tiene una novia, pero vivía solo en el sótano.
Su amigo Amado Batista, de 59 años de edad, dijo que Oscar, “siempre ha sido muy agradable y nunca lo he oído hablando mal de los musulmanes”.
Batista dijo que le sorprenden las acusaciones a Morel, porque casi ni lo veía, cuando él llegaba de su trabajo. Batista, que es también dominicano y dueño de una casa, le rentaba la habitación a Morel. “Uno no se explica cómo pensamos los seres humanos, porque él trabajaba en una escuela”.
Un hermano del asistente del imán asesinado, dijo que Morel debe dar la respuesta de porqué mató a su hermano, que un clérigo honesto y trabajador y que no se metía con nadie.
Nota de Miguel Cruz Tejada
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