Fernández, de 45 años de edad, formaba parte de un grupo que usaba identidades de puertorriqueños (exentos de impuestos), para reclamar reembolsos impositivos al IRS, utilizando cientos de documentos, nombres y tarjetas de seguridad social.
“Me gustaría decir que hice una mala decisión y que pido perdón por lo que hice”, dijo Fernández, residente en Newark, hablando a través de un intérprete en español.
Admitiendo que había cometido un grave error, ante la jueza de distrito Madeline Cox, la que le impuso una pena de prisión de 12 meses y ordenó a Fernández que pagar $ 554,000 en restitución al gobierno.
Fernández, que es residente permanente legal de los Estados Unidos nacido en la República Dominicana, podría ser deportado después de cumplir su condena.
Es el último sentenciado de un grupo de ocho acusados en relación con un plan para presentar las declaraciones de impuestos falsas y luego desviar los cheques de reembolso de rutas postales.
Entre los otros acusados en 2013 están Lourdes Ortiz, que sigue prófuga y un cartero de Ridgewood, que fue condenado a ocho meses de arresto domiciliario el año pasado por aceptar sobornos para interceptar los cheques de reembolso.
Según las autoridades, los miembros de la banda, utilizaron los nombres y números de seguridad social de los ciudadanos de Puerto Rico para presentar el formulario 1040 que declara los ingresos y los impuestos retenidos fraudulentamente, y tenía los reembolsos enviados a direcciones en Nueva Jersey y Nueva York.
Los acusados, que fueron sobornados por Ortiz y otro cartero, cobraban $400 por cada cheque de reembolso que interceptaban.
Una vez recibidos, los cheques de reembolso se vendieron a otros miembros de la conspiración, incluyendo a Fernández, quien retiraba el dinero en efectivo de los bancos o las empresas dirigidas por otros acusados. Fernández también depositaba fondos de los cheques de reembolso cobrados en la cuenta bancaria de un cómplice, menos un porcentaje que representaba su beneficio, dijeron los fiscales.
Entre noviembre de 2010 y julio de 2012, Fernández admitió que depositó los cheques de reembolso por un total de $554.387 en cuentas bajo su control directo y luego lavaba el dinero a través de otras cuentas.
El dominicano es hijo de un granjero que dejó su tierra natal a los 14 años para convertirse en un músico, se sobrepuso a una vida de pobreza y educación limitada y nunca aprendió a leer ni escribir para tener un empleo remunerado y mantener una familia con varios hijos, le dijo a la jueza.
La magistrada instó a Fernández utilizar su tiempo en prisión constructivamente, para aprender a leer y escribir y convertirse en una persona mejor, y tenga un nuevo comienzo en el camino hacia una vida respetuosa de la ley cuando salga de la cárcel.
“Esta es su segundo delito grave”, le dijo la jueza. “Usted no puede participar en los esquemas criminales para defraudar al gobierno”.
-El robo de identidad para cometer fraudes de reembolsos a impuestos internos de estados Unidos, es delito común cometido contra el gobierno federal, que acarrea pérdidas para al tesoro nacional de más de $2 mil millones al año, según datos del Departamento del Tesoro.
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