El pez, de unos 60 centímetros de largo, murió poco después del ataque por la intervención de otro bañista. Pero tampoco quiso soltar a su presa, quien sentía el profundo dolor en su brazo.
La víctima, una joven de 23 años, fue mordida cuando estaba disfrutando del mar en esa popular playa del sur de los Estados Unidos.
La víctima salió del mar con tranquilidad para pedir ayuda. "Nunca he visto algo así, ni escuché algo parecido", señaló Clint Tracy, capitán de rescate.
Los tiburones nodriza pueden crecer hasta tres metros de largo y son comunes en la zona, pero suelen ser criaturas pacíficas. Un testigo afirmó que unas personas estuvieron hostigando al animal.
Fuente Infobae
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