Castaños, fue declarado culpable por el jurado de asesinato premeditado en primer grado y porte ilegal del arma de fuego.
"Con su muerte, estoy perdida, al mismo tiempo", dijo la señora María Paulino, madre de la víctima a la jueza Mary Ames durante una declaración en la audiencia de condena y sobre el impacto emocional que ha producido el asesinato a la familia.
Castaños, fue condenado a un término de cadena perpetua obligatoria, sin posibilidad de libertad condicional.
El asesinato lo perpetró el 20 de febrero de 2014 en el apartamento que compartía con la mujer. La asesinó al estilo ejecución, de un
"Nadie debería tener que enterrar a una hija", le dijo la jueza Ames a la madre. "Lo siento por la terrible pérdida con la que usted y su familia van a tener que vivir por el resto de sus vidas", expresó la magistrada.
El juicio, que duró una semana y media, después que Castaños rechazara un acuerdo de culpabilidad en el que tendría que admitir el asesinato en segundo grado a cambio de la oportunidad de libertad condicional después de 20 años en la cárcel, estuvo matizado por dramáticos testimonios y exposiciones de especialistas, pero el jurado sólo necesito poco más de una hora llegar al veredicto.
El abogado de Castaños, Michael Phelan sugirió a los miembros del jurado que la evidencia apuntaba a un disparo accidental.
"No debió haber ocurrido", dijo Phelan en su alegato final. "Las armas son peligrosas y cuando se manejan inadecuadamente, pueden causar lesiones graves y la muerte y eso es lo que pasó con Solanlly Paulino", dijo el jurista.
La fiscal Kristen Buxton utilizó las propias palabras del acusado para sugerir lo contrario, recordando que el convicto, le confesó a un amigo y a la policía haber asesinado a la novia.
Un médico forense dijo al jurado que la pistola fue disparada cerca de la sien de Paulino.
Poco después del asesinato, un policía estatal llamó a la madre para preguntarle por su hija. Paulino, que había servido brevemente en la Infantería de Marina, estaba pensando en convertirse en una policía estatal.
También aspiraba a ser una modelo profesional y trabajaba cuidando niños, mientras estudiaba en la universidad.
La madre va al cementerio todos los días a visitar la tumba de la hija que ella apodaba "Gigi".
“Con es bala, ese hombre apagó mi corazón, mi paz y mi alma", agregó la madre ante la jueza.
Castaños comenzó a llorar mientras la sentencia iba a ser impuesta, pero no dijo nada. Su ex esposa y una hija, que estaban en la sala del tribunal, también lloraron.
"Este fue un caso muy triste en el que la vida de una mujer joven fue arrebatada", dijo el jefe de policía de Peabody Thomas Griffin en un comunicado después del veredicto. "Gracias a la ardua labor de la Oficina del Fiscal del Distrito de Essex, los detectives de la Policía Estatal de Massachusetts asignados a la oficina y detectives de la fiscalía, se ha hecho un acto de justicia con este veredicto", añadió el oficial.
"Este caso es un triste recordatorio del peligro que enfrentan las mujeres cuando tratan de escapar de una relación abusiva", dijo el fiscal de distrito Jonathan Blodgett en un comunicado.
Nota de Miguel Cruz Tejada
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