A Fidelia Pérez, empleada doméstica, ese momento no se le borra de su mente, porque su hija de 17 años y con cinco meses de embarazo, se lo dijo entre llantos una hora antes, según confirma en su teléfono celular, de tirarse al vacío.
Cuenta que por más que le preguntó en dónde estaba, no le respondió, y colgó el teléfono, ella siguió insistiendo, y no supo de ella hasta que una joven del 9-1-1 contestó la llamada que era para su hija, y le contó lo que había pasado.
Ahora su hija, quien se salvó de la caída, perdió el embarazo, hubo que practicársele una histerectomía, y permanece estable en la unidad de Cuidados Intensivos en el Hospital Traumatológico Ney Arias Lora, en Villa Mella.
Ella presenta, además, fractura de pelvis, politraumatismo, lesiones en las extremidades y a nivel del hígado, por lo que será reintervenida quirúrgicamente en el fin de semana.
“Ella siempre ha sido una niña callada como encerrada en sí misma, por lo que siempre le decía que yo quería ser, aparte de su madre, su amiga, que me tuviera confianza”, dice la madre de la joven.
Asegura que tanto ella y el novio se enteraron de que esperaba un hijo hace poco, y porque se lo contó su hijastra.
La madre notó que a su hija le creció el vientre, pero se lo atribuyó a un problema intestinal que padecía.
Fidelia está unida a Santos Martínez desde que su hija tenía tres años de edad.
Cuando decidieron vivir en pareja, él tenía una niña, que hoy tiene 16 años, y fue quien le contó del estado de preñez de la joven, que el primero de noviembre alcanzará la mayoría de edad.
La adolescente estudia Comunicación Social en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Via diariolibre
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