Desgarrada en llantos, la madre relató que uno de los agentes, ambos hispanos, era supuestamente “amigo” de la familia durante 16 años.
“¡No me lo maten, no me lo maten!”, gritaba ella a los dos oficiales identificados como Miguel Molina y Wrvin Hernández, el primero un veterano con 15 años en la fuerza.
“Yo no lo vi con ningún cuchillo, porque ellos no me dejaron entrar a hablar con él. Se los pedí de favor, pero no me hicieron caso”.
El director de la policía en Hackensack, Michael Mordaga dijo en su cuenta twitter, que los dos agentes “están devastados” por haber tenido que matar al joven dominicano, “pero no tuvieron otra alternativa”.
La uniformada alega que la víctima, esgrimió un largo cuchillo cuando los agentes que dispararon 11 balazos, trataban de arrestarlo por no presentarse a una cita con su oficial en el Departamento Libertad Bajo Palabra, después de salir de la cárcel.
Era el menor de los dos hijos de Cecilia y tenía 24 años de edad.
“Les dijo a los dos sargentos que no le tiraran y que me dieran un minuto para yo hablar con él, pero le dispararon”, recalcó la madre dominicana.
“Si yo hubiera estado ahí, hubiesen tenido que matarnos a toditos juntos porque yo a un propio hijo mío, no dejo que la policía haga lo que quiera con él”, dijo por su parte la encolerizada tía de la víctima.
La policía señaló que Díaz fue liberado en libertad condicional en enero de este año. Había sido encarcelado porque iba en su bicicleta y cuando patrulleros le ordenaron detenerse, no escuchó la orden porque llevaba el audífono puesto, según explica la madre.
“Lo mandaron a parar y él no escuchó porque tenía el audífono puesto, la policía se le atravesó y lo detuvieron”, expresó la madre.
Díaz residía en la casa número 10 de la avenida Temple en Hackensack y aparentemente tenía problemas de depresión y actuaba como bipolar, aunque no nunca fue diagnosticado.
La policía reveló que la víctima, intentó suicidarse en una ocasión, quemando el carro que manejaba.
Los familiares advirtieron que no se quedarán de brazos cruzados y lucharán hasta el final para que se haga justicia.
Dijeron que no era necesario que lo mataran de 11 balazos, cuando hay otros métodos que pudieron utilizar para controlarlo.
El hecho ocurrió el jueves de la semana a las 10:30 de la noche.
Nota de Miguel Cruz Tejada
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