La droga tenía como destinos tanto la capital española como la ciudad de Barcelona (noreste), según la fuente.
En esta operación, cuya investigación comenzó hace más de un año, fueron detenidas las tres personas por un delito contra la salud pública, según informó la Policía en un comunicado de prensa.
Uno de los primeros pasos de la investigación se produjo en junio de 2014, cuando los agentes especializados en narcotráfico se percataron de que varios ciudadanos de origen dominicano podrían estar introduciendo droga en España camuflada en cargamentos de productos legales.
Entonces, los investigadores descubrieron que la organización había constituido una empresa tapadera, con sede en Barcelona, mediante la que importaban vegetales frescos.
A partir de este hecho, los agentes policiales continuaron con las pesquisas y en febrero descubrieron la llegada de un partida sospechosa de papayas al aeropuerto madrileño, en la que tras ser analizada no se encontró tipo de droga.
Un mes más tarde, en marzo, y tras la llegada de varios cargamentos legales que la organización envió a España para ver si estaba siendo controlada, la Policía detectó que una nueva entrega de papayas había sido introducida en un camión en pleno muelle de carga.
Desde el aeropuerto, el camión continuó su camino realizando paradas sin sentido y circulando a una velocidad inusualmente lenta para detenerse finalmente en un centro comercial próximo a la capital, donde los arrestados detectaron la presencia de los agentes intentando, sin éxito, huir.
Tras ser detenidos, en el remolque del camión se encontraron 120 cajas de papayas y 32 kilos de cocaína ocultos entre la fruta en paquetes de un kilo, además de 600 euros en efectivo.
En esta operación, cuya investigación comenzó hace más de un año, fueron detenidas las tres personas por un delito contra la salud pública, según informó la Policía en un comunicado de prensa.
Uno de los primeros pasos de la investigación se produjo en junio de 2014, cuando los agentes especializados en narcotráfico se percataron de que varios ciudadanos de origen dominicano podrían estar introduciendo droga en España camuflada en cargamentos de productos legales.
Entonces, los investigadores descubrieron que la organización había constituido una empresa tapadera, con sede en Barcelona, mediante la que importaban vegetales frescos.
A partir de este hecho, los agentes policiales continuaron con las pesquisas y en febrero descubrieron la llegada de un partida sospechosa de papayas al aeropuerto madrileño, en la que tras ser analizada no se encontró tipo de droga.
Un mes más tarde, en marzo, y tras la llegada de varios cargamentos legales que la organización envió a España para ver si estaba siendo controlada, la Policía detectó que una nueva entrega de papayas había sido introducida en un camión en pleno muelle de carga.
Desde el aeropuerto, el camión continuó su camino realizando paradas sin sentido y circulando a una velocidad inusualmente lenta para detenerse finalmente en un centro comercial próximo a la capital, donde los arrestados detectaron la presencia de los agentes intentando, sin éxito, huir.
Tras ser detenidos, en el remolque del camión se encontraron 120 cajas de papayas y 32 kilos de cocaína ocultos entre la fruta en paquetes de un kilo, además de 600 euros en efectivo.
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