La fiscalía dijo que Figueroa, tiene una larga historia criminal que “continúa creciendo” y eso, que todavía no ha sido acusado de cargos por un incidente en el que embistió a tres patrullas de la policía, dos de cuyos oficiales resultaron heridos.
El mes pasado, fue condenado a un año de cárcel por violar la condición de su libertad bajo palabra, luego de haber sido arrestado por narcotráfico en el condado Hillsborough.
Sus acciones en el mes de marzo, añadieron los fiscales, conllevan un aumento de su tiempo en la prisión.
El miércoles de la semana pasada, Figueroa, admitió en el Tribunal del Décimo Circuito de Salem que violó su libertad condicional, por la condena del 2013.
Se le acusó, además de ese delito, de conducta temeraria, desobedecer a un oficial de policía y poner en peligro la vida de un niño.
El fiscal adjunto Jason Grosky, pidió al juez Robert Stephen, que condenara a Figueroa a dos años y 50 semanas por la violación de la libertad condicional, que es la pena máxima.
“El señor Figueroa, es una amenaza y un peligro público”, añadió el fiscal.
El juez no complació al fiscal, pero condenó al acusado a dos años más, después que cumpla uno por la reciente violación.
Un Gran Jurado, está evaluando acusarlo de varios cargos por el incidente con los patrulleros. El 22 de marzo, Figueroa, estaba conduciendo su carro y embistió a tres unidades de la policía, hiriendo a los dos oficiales.
Los daños, se estiman en más de $20.000 dólares.
Desde ese incidente, se le impuso una fianza de $1.500 dólares, bajo la cual violó los términos de su libertad condicional. El juez le dijo a Figueroa que “usted es afortunado que ningún policía murió esa noche”.
En septiembre del 2012, fue arrestado por agentes del Servicio de Alguaciles de Estados Unidos (US Marshalls) en Lawrence, por haber escapado y esconderse en la casa de un amigo que era policía de esa ciudad, donde fue capturado.
Era buscado con una orden de arresto por violaciones a su libertad, mientras en el cartel de búsqueda los alguaciles lo catalogaron de “armado y peligroso”.
Nota de Miguel Cruz Tejada
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