La adicción del reptil comenzó cuando su dueño le puso un cigarro en la boca para evitar una mordedura.
Hace un mes su cuidador le puso su primer cigarrillo en la boca, y desde entonces no ha parado de fumar.Esta es la realidad de una tortuga mordedora de 4,3 kilogramos que vive en la ciudad china de Changchun, y que -gracias a su adicción al tabaco -fuma diez cigarrillos diarios, convirtiéndose en toda una atracción.
El reptil (en la foto de arriba) se volvió adicta al tabaco cuando Tang, su cuidador, se encontraba curándole una herida en su caparazón tras haberse lastimado con un hueso de pollo.
Mientras el hombre extraía el hueso desde el estómago de la tortuga, ésta lo mordió, por lo que el sujeto optó por darle un cigarro en la boca para evitar otros ataques, pero grande fue su sorpresa cuando descubrió que la tortuga había fumado todo el cilindro.
Desde entonces, el animal se inquieta y emite ruidos cuando no ha fumado. Además, persigue a Tang sin descanso cuando éste enciende un cigarro.
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