Diversos estudios coinciden en que las empresas descartan candidatos consultando sus perfiles. Abrumadores porcentajes.
En base a más de 6 mil casos, la consultora OnDevice Research arribó a estas conclusiones: el 16 por ciento de los postulantes fue rechazado a causa de alguna publicación en redes sociales; además, dos tercios de los encuestados no es consciente de la implicancia del uso de las redes sociales en su vida laboral.
Otra muestra: Career Enlightenment, un especialista en la aplicación de las social media en el desarrollo profesional, indicó que el 92 por ciento de las empresas utiliza las redes sociales para seleccionar a los candidatos a un puesto de trabajo.
Ahora bien, ¿es suficiente con ser sobrio y medido en LinkedIn, sin prestar atención a nuestra reputación en Facebook, Twitter y afines? La respuesta a esta pregunta es un tajante ”no”. Según Career Enlightenment, si bien los perfiles en LinkedIn son los más revisados por las compañías que buscan empleados (con 86 puntos porcentuales), también chequean los perfiles en Facebook (el 60 por ciento lo hace) y Twitter (50 por ciento).
Al inversionista y reconocido empresario estadounidense Warren Edward Buffet, quien supo ser alguna vez el hombre más rico del mundo según Forbes, se le atribuye la siguiente máxima:
”Se necesitan veinte años para construir una reputación y cinco minutos para arruinarla”. Esta sentencia es bien válida para la temática que nos convoca: la información que compartimos en Internet (textos, imágenes, videos, etc.) habla de nosotros.
¿Acaso abrocharías a tu currículo una fotografía que te muestra en una noche de borrachera? En tal sentido, a la hora de buscar trabajo es siempre bueno ser cuidadoso con aquello que la Web dice acerca de ti.
Algunos tips:
- Es recomendable analizar, en cada red social, las opciones de privacidad. De este modo, pordrás seleccionar a qué contenido pueden acceder aquellos que visitan tus perfiles.
- Googlea tu nombre: esta acción brindará un buen parámetro de tu reputación online. Si aparece información errónea, indebida o no consentida por ti, pues es hora de tomar las riendas.
- Por último, antes de publicar una entrada en una red social, contar hasta diez. No es preciso caminar a tientas y con cierta paranoia, aunque sí saber que aquello que publicas puede jugar en tu contra.
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