En las cabinas -localizadas a las afueras de la ciudad y que se usarán entre las 7pm y 5 de la mañana- las prostitutas y sus clientes podrán entrar en vehículo y encontrarse con unas condiciones favorables para el acto sexual.
La policía de la capital suiza fue quien propuso que las personas pudieran tener sexo en la vía pública, pero de forma más reservada (preservando el anonimato de los clientes) y garantizando la seguridad -tanto de usuarios como de las prostitutas- debido al incremento de oferta de sexo en la calle.
Como reseñó el Huffington Post, “las cabinas son una especie de garaje para autos, cada una separada de la otra, lo que impide el contacto con el resto de los usuarios.
El espacio está preparado para que entre un vehículo normal y se complete el servicio lejos de los ojos de los transeúntes”.
El lugar no tendrá vigilancia por vídeo para no espantar a los clientes, pero sí contará con agentes de seguridad cercanos.
La idea, aunque original y aprobada vía referendo por los habitantes de Zúrich en 2012, ya fue implementada en dos ciudades de Alemania: Colonia y Essen.
El ayuntamiento estima que alrededor de 30 prostitutas se beneficien con este proyecto, que ha costado 1,6 millones de euros.
La apertura de estos cubículos coincide con una reforma más ambiciosa en las leyes que regulan la profesión más antigua del mundo en toda Suiza.
“Esta práctica sexual se prohibió en ciertas áreas de Zúrich hace unos años. El resultado fue nefasto.
Comenzaron a amontonarse las quejas de mujeres que se sentían acosadas y aumentaron las actividades de los proxenetas", explicó a The Telegraph Michael Herzig, responsable del departamento de Bienestar Social de Zúrich.
Las prostitutas que utilicen las cajas o cubículos sexuales tendrán que contratar un seguro médico y adquirir una licencia de unos 30 euros para ejercer su oficio. También deberán aportar alrededor de 4.5 euros en una máquina expendedora.
Fuenre: http://www.elespectador.com
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