Estas lentes de contacto constan de dos regiones diferenciadas, una zona central que permite el paso de la luz de manera natural mientras que el borde actúa como telescopio ofreciendo una ampliación de imagen 2,8x -lo equivalente a un objetivo 100mm de una cámara DSLR-.
El principal avance de esta investigación es que se ha conseguido un diseño muy fino, 1,17mm de grosor, lo que permite llevar las lentillas de manera cómoda.
Anteriores experimento similares constaban de grosores de 4,4 mm lo que hace imposible un uso cotidiano de las mismas al tener que ser implantadas en el ojo por cirugía.
Este original invento, llevada a cabo por Joseph Ford de UCSD y Eric Tremblay de EPFL, cuenta con un complejo sistema de espejos de aluminio que son los que permiten ampliar la imagen 2,8 veces, y sin perder calidad en absoluto.
Además, según recoge The Huffington Post, con estas lentillas sería posible cambiar el modo visión gracias a un filtro polarizador, con el cual se puede elegir entre ver la imagen normal o aumentada, tal y como ocurre con las gafas 3D activas.
Fuente: http://www.telecinco.es
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