Manny Ramírez, ha vuelto con otro número en su espalda, antes usaba el 24 ahora el 99, el pelo más largo y un poco más viejo.
Ramírez, uno de los bateadores más temibles por los lanzadores en grandes ligas, debutó con las Águilas Cibaeñas esta temporada el 14 de noviembre en un estadio Cibao abarrotado a su máxima capacidad, 22,000 fanáticos.
Su tan esperado debut provocó un gran despliegue de personas. La prensa deportiva nacional se centró en el estadio desde tempranas horas del día y las taquillas se habían agotado un día antes algo nunca sucedido en nuestra pelota.
En su primer turno al bate, al primer lanzamiento conectó un espectacular cuadrangular por todo el jardín central, a un hombre que no había permitido extrabases: Daniel Cabrera.
Pasó justamente un mes para que Ramírez sacara la bola del parque nueva vez y terminó la vuelta regular con un promedio de .293 que acompañó con cuatro jonrones y 16 remolcadas.
El coach de bateo de las Aguilas, Luis Polonia explicó lo que ha visto del hombre que acumula 545 jonrones en Grandes Ligas.
“No es que Manny esté acabado, esta pelota no es igual que en grandes ligas, donde el ve siempre a los mismos pitchers. Aquí los rosters cambian todos los días, aparecen lanzadores diferentes, que uno no sabe de dónde salen, cualquiera te tira a 90-95 millas”, dijo Polonia.
Al ser cuestionado sobre su desempeño, Ramírez no puso excusas.
“Me siento bien, estoy trabajando bastante fuerte, como tenía mucho tiempo sin jugar estoy empezando de nuevo. No hay excusas, ahora las cosas están mejorando”.
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