Los últimos datos, que publicó ayer The Lancet, arrojan otra sombra sobre este método, que tiene gran aceptación en algunos países del África subsahariana oriental. En este trabajo, que ha seguido a 3.800 parejas en las que uno de los miembros tenía VIH y el otro no, se ha detectado que la tasa de infecciones era el doble en el grupo que usaba este método anticonceptivo que en el conjunto de la población estudiada (aumenta del 3,5% al 7% en mujeres y del 1,5% al 2,5% en hombres).
El fármaco es la medroxiprogesterona. Tiene la ventaja de que se inyecta cada dos o tres meses y actúa como la píldora anticonceptiva, inhibiendo la ovulación. Su uso es tan fácil que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo ha promovido para que lo administre incluso personal no sanitario. Se calcula que unos 12 millones de africanas lo utilizan.
El médico Juan Carlos López Bernaldo de Quirós, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida (Seisida), afirma que "la causa de este aumento del riesgo es que cambia el epitelio vaginal". Ello podría implicar que haya más minihemorragias por las que se transmite el virus.
Sin embargo, el experto insiste -en línea con el comentario que acompaña al artículo enThe Lancet- que en casi todos los casos los estudios no estaban enfocados a medir este aspecto, y que el número de mujeres que tomaban el fármaco era muy escaso (alrededor del 11%).
Aun así, el trabajo plantea un problema: qué aconsejar a las mujeres para las que el uso del preservativo con sus parejas es imposible. La OMS se reunirá en enero para estudiarlo.
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