La gobernadora Kathy Hochul emitió este viernes un estado de emergencia en Nueva York para ayudar a impulsar la capacidad hospitalaria y enfrentar la escasez de personal ante el posible aumento de casos de COVID-19 durante el invierno y la probable llegada de la nueva variante Ómicron.
Tras el anuncio hecho por la gobernadora, el Departamento de Salud podrá limitar los procedimientos no esenciales y que no requieran urgencia para los hospitales o sistemas de capacidad limitada que permita atender un eventual incremento de casos.
Se espera que los nuevos protocolos sean implementados a partir del viernes 3 de diciembre y se evaluará nuevamente el 15 de enero en función de los número de casos que se arrojen durante el estado de emergencia.
"Hemos tomado medidas extraordinarias para prevenir la propagación de COVID-19 y combatir esta pandemia. Sin embargo, seguimos viendo señales de advertencia de picos este próximo invierno, y aunque la nueva variante de Ómicron aún no se ha detectado en el estado de Nueva York, vendrá“, declaró la gobernadora Hochul.
Recalcó la gobernadora demócrata que buscará la ampliación del sistema hospitalario con la intención de enfrentar los retos pandémicos, e instó a los neoyorquinos a que se vacunen y se puedan colocar la dosis de refuerzo en caso de que estén habilitados para hacerlo.
“Hoy estoy anunciando medidas urgentes para ampliar la cantidad de los hospitales y ayudar a garantizar que nuestros sistemas hospitalarios puedan hacer frente a los desafíos planteados por la pandemia a medida que nos acercamos a los meses de invierno. La vacuna sigue siendo una de nuestras mejores armas en la lucha contra la pandemia, y animo a todos los neoyorquinos a que se vacunen y se pongan el refuerzo si están completamente vacunados”, subrayó.
El estado de emergencia se produce en medio de aumentos de tasa en las regiones del norte del estado, las cuales tienen las tasas de casos positivos más altas y las de vacunación más bajas en comparación con la ciudad de Nueva York, de acuerdo con datos del Departamento de Salud del estado.
Las tasas más altas en el estado han sido específicamente en la ciudad de Buffalo, donde el 9.67% de sus residentes dieron positivo hasta el jueves, reseñó The New York Post
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