La delincuencia azota a República Dominicana y los ciudadanos están cansados de la situación. Muchos expresan su impotencia a través de golpizas a supuestos delincuentes, sobre todo cuando son reincidentes, y los encuentran nuevamente libres, en las calles.
Según los datos recabados por la periodista, Laura de la Nuez, para el programa Nuria Investigación Periodística, los procesos burocráticos legales no ayudan a que las víctimas de agravios estén conformes con someter a la Justicia a los agresores.
Las victimas se cansan durante los largos y accidentados procesos, y claro, la gente, hastiada de la delincuencia, y con la fe perdida, golpea con rabia al agresor, para al menos, sentir que se hizo algo.
Días atrás trascendió en las diferentes plataformas digitales el video donde el exponente urbano, Enrique Caonabo Mesa, mejor conocido como Toxic Crow, castigaba a un hombre, a quien acusaban de ladrón.
Pero este no es el único caso. Por años hemos visto cómo la comunidad enardecida golpea a los ladrones, violadores o abusadores. La fiscal del Distrito Nacional nos ayudó a entender por qué sucede.
Rosalba Ramos, fiscal del Distrito Nacional, expresa que, las personas toman la justicia en sus manos llevados por la impotencia, por la frustración, y muchas veces hasta por la misma desesperanza que pueden sentir de que el sistema no les da la respuesta en el momento adecuado.
Laura Acosta, abogada con vasta experiencia en estrados dice que esta situación se da “por una cadena de acontecimientos. El primero es la precariedad de la policía para las investigaciones, o tal vez la selectividad”.
Acosta se refiere a la percepción de la población de que la policía encuentra fácilmente a los ladrones cuando asaltan a una persona conocida o de clase social alta y que no ocurre lo mismo con las personas de bajo estrato social o de barrio.
“La población entiende que hay una connivencia entre policías y ladrones, entonces esa es otra razón por la cual las personas se hartan”, continúa expresando Acosta.
La reincidencia de la delincuencia podría deberse a que, en muchas oportunidades, las personas que son víctimas del raterismo, dígase robos menores como celulares o carteras, no van a hacer la denuncia y por tanto, ese antisocial no es perseguido ni investigado, y continúa haciendo sus fechorías día a día.
“Las personas para no someterse como víctima al proceso judicial que es traumático y lleno de obstáculos, prefiere tomarse la justicia por sus propias manos, para acabar con el ladrón y así no tener que ir a la justicia”. Acosta seña este como el tercer motivo del por qué las victimas de raterismo no acuden a denunciar. También advierte que en ocasiones puede ser la “victima” quien termine siento sometido a la justicia.
Sin importar consecuencias, reprenden a los delincuentes con lo que aparezca: manos, machetes, piedras, cascos, palos. La población dice estar harta de la delincuencia.
Miguel Nicolás fue víctima de un robo en su negocio ubicado dentro de su propia casa. Esperó casi dos meses para que apresaran al malhechor. La policía sabía perfectamente quién era, según le aseguraron, pero agregaron que sin una orden de apresamiento, si no lo agarran en flagrante delito, no pueden capturarlo.
Sin embargo, cuando este fue detenido en fragante delito, en otro hecho, ahí comenzó su proceso judicial.
El Código Procesal Pena está hecho para salvaguardar los derechos de la persona a la que se pretende privar de libertad, porque se debe presumir inocente hasta que una sentencia definitiva decida lo contrario; por lo que se le asigna un defensor público, pagado con los recursos del Estado dominicano.
Sin embargo, Miguel, como tantos otros ciudadanos está inconforme y asegura estos asociales cuentan con el apoyo de las autoridades.
“Yo entiendo que tienen apoyo de la Fiscalía. LN: ¿Por qué? Claro, tienen apoyo…te roba, llevas pruebas, ellos duran casi 2 meses para apresarlo y luego con las pruebas dicen que no es él”, expresó Miguel.
“En el momento lo que uno hace, por su sacrificio, por echar para adelante y un antisocial venir a robar lo tuyo tan fácil y a poner a tu familia en pánico”, afirma Miguel y, decepcionado, confiesa que es difícil contenerse, y no agredir al delincuente.
En este otro video, de un evento ocurrido esta semana en Fantino, es notable cómo a pesar de estar el delincuente ya en manos de la policía, la multitud quiere seguir apaleándolo, una muestra más de la rabia e impotencia de las víctimas.
Por más que te preparas e inviertes en seguridad, parecería no ser suficiente. Los propietarios de negocios y viviendas deben hacer grandes inversiones en diferentes mecanismos de seguridad, tal como detalla el artista Toxic Crow: “Cuando tú haces una construcción para los ladrones tú tienes que gastar cámara de seguridad, cerco eléctrico, alarma, diente de tiburón, puerta corrediza con control eléctrico, vigilante 24/7. Tú me están hablando de 1 millón y pico de pesos, y como quiera irrumpen tu propiedad”.
La acción de Toxic Crow, fue vista por millones de personas, y la mayoría de los comentarios en redes de periódicos locales le aplaudían, y expresaban estar hastiados de la delincuencia, incluso sugerían que poco había hecho el artista quien escribió en su instagram: “Nuestro país se ha convertido en una cuna de ladrones de toda calaña y ya la sociedad tiene miedo a salir a las calles por temor a estos desaprensivos”.
El Ministerio Público citó al cantante, y le hizo cambiar de opinión y pidió disculpas públicamente y, actualmente se encuentra bajo el escrutinio de las autoridades.
La fiscal del Distrito, Rosalba Ramos, es enfática en la importancia de no agredir al supuesto delincuente alegando que, “no es el modo correcto, porque inmediatamente usted se coloca también en que ha cometido un ilícito. Si bien el juez puede valorar y, como ser humano, hasta el fiscal puede entender la reacción que usted puede tener en un momento determinado, eso no quita del todo que la acción que usted ha cometido es un ilícito penal”.
Ahora, el artista tiene contratado a un abogado que sigue el caso del ladrón, que a la vez tiene un abogado gratis por el Estado según corresponde por la ley, y tendrá que estar presente en cada una de las audiencias para conseguir, con buen pie, y su buen representante que todo este llegue a un final feliz donde el ladrón, esté tras las rejas por mucho tiempo, para simbólicamente, pagar por los daños a las víctimas.
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