Los Rangers de Texas podrían tener casa llena cuando abran al telón de su temporada el próximo mes tras estrenar su nuevo estadio con capacidad para 40.518 butacas sin fanáticos la pasada campaña.
Si ello se concreta, los Rangers serían el primer equipo del béisbol de las Grandes Ligas o en todas las principales ligas profesionales de Estados Unidos con máximo aforo desde que la pandemia de coronavirus paralizó el deporte hace justo un año atrás.
En el mismo día que entró en efecto una directriz del gobernador de Texas Greg Abbott para permitir que los negocios en el estadio operen al 100% de su capacidad, el presidente de operaciones y CEO de los Rangers Neil Leibman dijo que el equipo confía poder jugar con esas condiciones en su fecha inaugural — el 5 de abril — contra los Azulejos de Toronto.
Las autoridades locales podrían imponer “estrategias de mitigación” como una capacidad reducida si las hospitalizaciones causadas por COVID-19 exceden el 15% de la capacidad de los hospitales en su región en ciertos periodos.
Pese a su directriz, Abbott ha recomendado a la población seguir cumpliendo las medidas de distanciamiento social y usar mascarillas, aunque ya no es algo obligatorio.
Los Rangers sí exigirán el uso de cubrebocas en los juegos, salvo para comer y beber en sus butacas, como ocurrió en los juegos de postemporada que MLB escenificó en su estadio en octubre
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