Pese a los riesgos por el COVID-19, centenares de bañistas abarrotaron las playas de Boca Chica, Andrés y Juan Dolio, en víspera de Semana Santa, en su mayoría sin respetar las medidas de distanciamiento físico y el uso correcto de la mascarilla.
En la playa de Boca Chica ayer se dieron cita familias completas, muchas de ellas de comunidades cercanas y otras de la provincia Santo Domingo y el Distrito Nacional. La mayoría empezó a llegar desde tempranas horas de la mañana.
Miembros de la Defensa Civil reforzaron la vigilancia para evitar accidentes, mientras que agentes de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (DIGESETT), se esforzaban en viabilizar el tránsito de las concurridas calles de Boca Chica.
El presidente de la Asociación de Trabajadores de la Playa de Boca Chica, Pancracio Sosa, explicó que el flujo de bañistas fue muy bueno, debido a que las personas no tienen muchas opciones de diversión debido a las medidas restrictivas por la pandemia, por lo que deciden acudir a esas playas debido a su cercanía a la ciudad capital.
Medidas sanitarias
Sosa indicó que durante la Semana Santa se espera un mayor flujo de vacacionistas, por lo que han establecido todas las medidas sanitarias y de seguridad que recomiendan las autoridades debido a la pandemia del COVID-19.
“Estamos preparados esperando el gran flujo de bañistas que viene a visitarnos en nuestras hermosas playas”, dijo Sosa.
En hoteles, restaurantes y comercios de Boca Chica se pudo observar una buena clientela, en la mayoría de ellos con estrictas medidas sanitarias para evitar contagios de coronavirus.
Situación similar se vivió en las playas de Juan dolio y Guayacanes, que estarán abiertas para los bañistas hasta las cinco de la tarde durante la Semana Santa, según dijo Sosa.
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