Precisamente este viernes marcó la fecha en la que se presumía que los neoyorquinos empezaran a enfrentar las consecuencias reales de las reuniones familiares de las pasadas fiestas. Y, en efecto, ya los números muestran una escalada peligrosa que pone al COVID-19 en su punto mal alto desde mayo, en medio de una estrategia de vacunación que sigue generando forcejeo entre la Ciudad y el Gobierno estatal.
El Gobernador explicó que no es un sorpresa que durante esta semana las salas de emergencia y las unidades de cuidados intensivos empiecen a saturarse. “Era totalmente predecible. Por ello insistimos tanto que para Acción de Gracias, Hannukak, Navidad y Año Nuevo tuviéramos unas celebraciones inteligentes. Ya vemos en los números, lo que temíamos”.
Solamente en la Gran Manzana la tasa de contagios trepó casi al 10%, teniendo en cuenta que se había mantenido controlada entre julio y octubre en un promedio del 1.1%.
Durante el verano y parte del otoño en los promedios consecutivos de siete días, los casos no rompían el umbral de 350 confirmados en coronavirus en la ciudad de Nueva York, ahora la tasa de contagiados se precipitó en la primera semana de este 2021 a 3,960 nuevos infectados.
El número de nuevos infectados está subiendo rápidamente en El Bronx y Queens.
El lunes empieza la fase 1B
En cuanto a la administración de las vacunas y la demanda creciente de funcionarios electos de la Gran Manzana de modificar el orden de los grupos prioritarios, Cuomo fue muy categórico: “Ningún jefe local puede saltar la estrategia. No depende de nosotros hay una Administración Federal que nos envía los suministros. Ellos establecen a quién y cuándo deben aplicarse”.
Sin embargo, a partir del próximo lunes más de 3 millones de neoyorquinos que pertenecen al grupo 1B recibieron luz verde para comenzar a inscribirse en las citas de vacunación.
El número de personas ahora elegibles para recibir la vacuna a partir de la próxima semana se expande para incluir maestros, policías, bomberos, trabajadores de seguridad y transporte público, así como uno de los grupos más vulnerables: las personas mayores de 75 años.
Cuomo reconoció que los adultos mayores han vivido el lado “más duro y desesperante” de esta crisis de salud, pero que el verdadero drama es que si el inventario de dosis que se recibe en Nueva York continúa siendo “solo de 300,000 por semana” se necesitarían 47 semanas para inmunizar al 70% de los neoyorquinos que es el estándar para que el plan sea realmente efectivo.
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