En él se conjugaron las dos cosas, la belleza del país y las nuestras mujeres. De chico le fascinaba la República Dominicana. Apenas siendo un mozalbete aspiraba conocer la patria forjada por el padre de nuestra nacionalidad Juan Pablo Duarte, sino más allá: si moría fuera de su amada Barcelona, prefiere sea en Quisqueya.
La segunda razón que le ataron al país caribeño son sus mujeres, de hecho tuvo una primera relación con una mujer de Santiago, con la que por alguna razón no pudo continuar, volvió a su país, pero con la mirada puesta siempre en volver a Santo Domingo.
Con un tiempo en España, luego de esa primera relación, el barcelonés, atado al país redescubierto por el genovés Cristoforo Colombo (Cristóbal Colón), consigue una nueva razón para volver a la República Dominicana: una bella trigueña del municipio de Cabral, fortificada por los nutrientes de sus tilapias que logra enredarlo en un idilio que pensó duraría “hasta que la muerte los separe”.
Femenías Bosch, licenciado en criminología, profesión que no ejerció porque tras ser abandonada su madre por su padre, se dedicó a trabajar muy temprana edad. A los 16 años empezó a trabajar en la cocina de una famosa cadena hotelera española Meliá. Entró en las posiciones más bajas y llegó a convertirlo en el Chef del hotel. Todo comenzó a través de las redes sociales.
La mujer, que prefiere no identificar para evitar situaciones, logró le apresaran y estar dos días detenido en el destacamento de la Policía Nacional de Cabral, puesto en libertad tiempo por no comprobarse los hechos imputados por su expareja, recordó que a través de Facebook y luego por WhatsApp, comenzó un noviazgo virtual en mayo de 2016 con la mujer.
El 8 de abril de 2017 se casó con la mujer a la que, admite no ha logrado dejar de amar y de la que hace un mes se separó, luego de esta privarlo por dos días de su libertad, echarlo de la casa, una orden de alejamiento, incluso, fuera del municipio de Cabral.
Anhela regresar
El Chef y criminólogo Juan Femenías Bosch, quiere regresar nuevamente a Barcelona, España, luego de perder el amor de su vida, reconocerle un hijo que llevaba en su vientre, previo al matrimonio y quedar a la intemperie, sin casa, sin comida, sobre todo, falto del amor de la mujer que no logra dejar de amar porque aunque ella “no lo quiera, él la quiere”.
“Caminando sin brújula por el malecón de Santa Cruz de Barahona encontró una familia que ha sido su salvación: dándome techo, pese a su estreché económica me acogieron, lo que demuestra la calidad de los dominicanos, pero sufro mucho por la falta de dinero para costearme mi alimentación y vestidos”, dice el hombre con evidente preocupación.
En aras de regresar a su patria, pudo contactar a la legación diplomática de su país que le recibieron, a quienes explicó su situación, manifestándole que se encuentra ilegal en Santo Domingo desde mayo de 2017, pero el consulado le comunicó una dura noticia de manera queda y que para él fue un balde de agua fría a su objetivo: “no podemos costearle el viaje de regreso a España”.
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