Portalatín Mendoza, de 32 años, se casó en abril del 2017 con Reyna Isabel González, de 32 años, a la cual mató a cuchilladas a igual que a sus hijos Daniela, de 13, Rahamín de 11 y Ángela Encarnación González, de 6 años, hallados muertos al mediodía de ayer en el segundo nivel de la casa ubicada en la parte atrás de la calle Antonio Álvarez, en el kilómetro 8 de la carretera Sánchez, del barrio Enriquillo de la capital.
Esta mañana los cadáveres fueron entregados por el Inacif a sus familiares, que los sepultarían esta tarde en el cementerio municipal de San José de Ocoa, de donde era oriunda la mujer.
Además de la madre y sus tres hijos, el asesino mató un perro chihuahua que tenía la familia, a fin de acallar sus ladridos y evitar atraer vecinos.
Esta mañana oficiales de la Policía interrogaban al sospechoso del cuádruple crimen en la sede del Palacio Nacional, y al cierre de esta edición, el director de la institución, mayor general Ney Bautista Almonte, se aprestaba a ofrecer una conferencia de prensa para dar a conocer los detalles del horrendo hecho.
En tanto en el sector donde ocurrió crimen persistía el mal olor y los vecinos pidieron a Salud Pública intervenir para evitar una epidemia, ya que cuando los cuerpos fueron hallados llevaban varios días muertos.
La familia asesinada tenía solamente dos semanas viviendo en el lugar conocido como callejón Los Manzuetas, próximo a la avenida Cayetano Germosén del sector Enriquillo, en la parte sur de la capital.
El presunto asesino fue detenido anoche en el Cacique del Distrito Nacional, ubicado frente al sector 30 de Mayo, donde trabajaba como mecánico, y donde según Portalatín Mendoza, realizaba cultos como miembro de una secta de “metálicos”, aseguraron varios vecinos, que lo definieron como “una persona muy rara. Ese joven pasaba por ahí y nunca saludaba, ,siempre caminaba de prisa, y con la cabeza baja”.
Expresaron que siempre vestía de negro, con su pelo largo, tenía las uñas pintadas de negro, tenía pearcings en nariz, labios, lengua, ombligo y usaba dos aretes en cada oreja.
Una amiga de una joven a la que Portalatín Mendoza ofreció dos mil pesos para que sostuvieran relaciones sexuales, dijo que “todo ocurrió el pasado lunes, cuando su mujer tuvo una discusión con él, y salió, pero cuando llegó en la noche lo encontró violando a una de las niñas”.
Dicen vecinos que esas muertes se descubrieron por el mal olor que salía de la vivienda, ubicada en un segundo nivel.
Un vecinos de la familia que solicitó guardar su identidad, manifestó que “el lunes en la noche había un culto cristiano aquí frente a mi casa, y él pasó rápido, volvió y salió de la casa y volvió con un refresco en la mano, entonces se trancó en su casa y puso su música metálica a todo volume, la cual apagó pasada las 11:00 de la noche, o sea que creó que él mató esa mujer a sus hijos en ese momento”.
Fuente elnacional
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