Estados Unidos será el rival de Puerto Rico en la Final del Clásico Mundial de Béisbol, tras vencer a Japón 2-1 bajo una constante llovizna el martes en el Dodger Stadium de Los Ángeles.
Ante 33,462 fanáticos que desafiaron la lluvia, los estadounidenses cobraron venganza de los japoneses, que en el mismo escenario en el que ocho años atrás, en el II Clásico, los dejaron en el camino también en la etapa semifinal
Los abridores Tomoyuki Sugano y Tanner Roark se enfrascaron en un gran duelo de pitcheo durante el primer tercio del partido, en el que ninguno dio libertades a sus contrarios.
En el principio del cuarto, los dueños de casa aprovecharon un error del segunda base Ryosuke Kikuchi sobre batazo de Christian Yelich, que le permitió al jugador de los Marlins de Miami colarse hasta la intermedia.
Y desde allí anotó en carrera sucia cuando Andrew McCutchen, después de dos outs, sonó cañonazo remolcador a la banda izquierda.
Roark trabajó cuatro episodios con apenas 48 lanzamientos, permitió apenas dos hits, uno de ellos por dentro del cuadro, ponchó a uno, regaló un boleto y golpeó a un bateador.
Por su parte, Sugano hizo 81 lanzamientos en seis episodios de labor, con tres imparables y una carrera inmerecida, también caminó a un hombre y propinó seis ponches, tres de ellos al cuarto bate Nolan Arenado, quien en total se tomó cuatro en igual cantidad de turnos y ha tenido un torneo para el olvido.
En el cierre del sexto, Kikuchi se desquitó del error que había costado una carrera y le botó la pelota por el jardín derecho al relevista Nate Jones, segundo lanzador utilizado por Jim Leyland.
En el octavo, Brandon Crawford le disparó sencillo al relevista Kodai Senga, quien había ponchado a los primeros cuatro bateadores que enfrentó.
Crawford avanzó a tercera por doblete de Ian Kinsler y anotó la carrera de la ventaja al aprovechar una imprecisión defensiva del antesalista Nobuhiro Matsuda sobre roletazo de Adam Jones.
Sam Dyson, cuarto lanzador utilizado por Leyland, fue el pitcher ganador, mientras que Senga cargó con la derrota.
En el cierre del octavo hizo su debut en este torneo Mark Melancon, recién contratado por los Gigantes de San Francisco por 62 millones de dólares.
Melancon, quien se unió a la selección de las barras y las estrellas para esta etapa del evento, se metió en problemas al permitir un hit y regalar un boleto en dos tercios.
El manager norteamericano lo levantó rápido de la lomita y trajo al derecho Pat Neshek, de envíos laterales, quien puso fin a la amenaza al dominar al cuarto bate de los asiáticos, Yishimoto Tsutsugoh, quien acumulaba tres bambinazos y ocho impulsadas en todo el campeonato.
Luke Gregerson, sexto pitcher estadounidense, retiró el noveno de 1-2-3 y se apuntó el salvamento.
De esta manera, Estados Unidos llega por primera vez a la final en un Clásico Mundial, donde enfrentará a Puerto Rico, que ya fue finalista en el 2013.
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