El presidente venezolano, Nicolás Maduro, denunció que el sistema bancario del país fue atacado desde EE.UU.
"Afectó toda la capacidad de intercambio por internet para provocar un estado de colapso y desesperación en los pagos por tarjeta, puntos de ventas (...) que en Venezuela significa el 85% de las transacciones financieras", explicó citado por RNV.
El jefe de Estado explicó que funcionarios del Departamento del Tesoro norteamericano estarían detrás del ataque, que arreció desde octubre pasado.
Maduro ordenó una investigación al consorcio que presta servicio de transacciones la banca pública y privada. La Asociación Bancaria de Venezuela (ABV) emitió un comunicado que alegaba que la falla en la entrega de efectivo se debía a la próxima introducción "de una nueva gama de billetes de la más alta denominación".
La información fue confirmada por el Jefe de Estado, quien detalló que se emitirán nuevos billetes de 500 y 5.000 bolívares como parte de las medidas para facilitar el flujo del sistema monetario nacional, reseña AVN. Hasta ahora, el billete de más alta denominación era de 100 bolívares.
Este sábado, por instrucciones de Maduro, los integrantes de la ABV se reunirán con el Vicepresidente Aristóbulo Istúriz "para revisar los recientes ataques" a las operaciones electrónicas registrados en el país.
Venezuela, que depende casi exclusivamente del ingreso por renta petrolera, ha visto afectadas sus cuentas nacionales tras la caída sostenida de los precios del crudo. La cara más visible de la coyuntura económica -agravada por el sabotaje de sectores empresariales- ha sido la galopante inflación, lo que ha motivado al Ejecutivo a emitir billetes de más alta denominación y sacar de circulación la mayor cantidad de billetes del antiguo cono monetario.
Sin dinero
"No ha llegado la remesa", contestan en una agencia bancaria a los clientes que intentan cobrar un cheque. Esto es Caracas en diciembre, con el fin de semana en puertas.
Desde tempranas horas de la mañana las filas a las afueras de las agencias bancarias eran interminables. Las oficinas que tenían dinero apenas permitían cobrar cheques de 10.000 bolívares, un monto que alcanza aproximadamente para pagar cuatro taxis en la capital o un par de almuerzos ejecutivos. La molestia de los usuarios era evidente.
"Esto es un caos", decía una señora que salía con una paca billetes aún envueltos en plástico y aparentemente recién impresos. Ella, sin embargo, fue más afortunada que los clientes que se retiraron con las manos vacías del banco porque ya se había acabado el efectivo en la agencia, ubicada en el centro de Caracas.
Las redes sociales funcionaron como hervidero de noticias callejeras: "Apocalipsis now en el centro de Caracas. Las colas para sacar plata de los cajeros son más largas que las que se hacen cuando hay harina de maíz en la bodega de la esquina", escribían algunos usuarios en sus cuentas de Facebook.
Sin información
Las caras de incertidumbre y molestia eran evidentes. Además de la restricción de los retiros bancarios, las fallas en los cajeros automáticos se registraron desde el jueves. Para mayor preocupación, la mayoría de los puntos de venta no funcionaban.
"Tuve que dejar que dos señoras se fuera sin pagar. Me dijeron que venían mañana porque ninguna de sus tarjetas pasó por el punto", cuenta un mesonero de un café en el este de la ciudad. En el oeste, en cambio, los establecimientos de comida obligaban a cancelar el consumo antes de recibir la mercancía.
Fue apenas al final de la tarde del viernes que el consorcio CrediCard emitió uncomunicado para informar que por "fallas técnicas" había quedado suspendido el servicio para hacer transacciones en puntos de venta. El colapso de la plataforma afectó a más de veinte entidades bancarias, incluidas las públicas.
Después de haber difundido el escueto documento, el presidente Maduro ordenó a los servicios de inteligencia que emprendieran una investigación contra el consorcio.
"No ha llegado la remesa", contestan en una agencia bancaria a los clientes que intentan cobrar un cheque. Esto es Caracas en diciembre, con el fin de semana en puertas.
Desde tempranas horas de la mañana las filas a las afueras de las agencias bancarias eran interminables. Las oficinas que tenían dinero apenas permitían cobrar cheques de 10.000 bolívares, un monto que alcanza aproximadamente para pagar cuatro taxis en la capital o un par de almuerzos ejecutivos. La molestia de los usuarios era evidente.
"Esto es un caos", decía una señora que salía con una paca billetes aún envueltos en plástico y aparentemente recién impresos. Ella, sin embargo, fue más afortunada que los clientes que se retiraron con las manos vacías del banco porque ya se había acabado el efectivo en la agencia, ubicada en el centro de Caracas.
Las redes sociales funcionaron como hervidero de noticias callejeras: "Apocalipsis now en el centro de Caracas. Las colas para sacar plata de los cajeros son más largas que las que se hacen cuando hay harina de maíz en la bodega de la esquina", escribían algunos usuarios en sus cuentas de Facebook.
Sin información
Las caras de incertidumbre y molestia eran evidentes. Además de la restricción de los retiros bancarios, las fallas en los cajeros automáticos se registraron desde el jueves. Para mayor preocupación, la mayoría de los puntos de venta no funcionaban.
"Tuve que dejar que dos señoras se fuera sin pagar. Me dijeron que venían mañana porque ninguna de sus tarjetas pasó por el punto", cuenta un mesonero de un café en el este de la ciudad. En el oeste, en cambio, los establecimientos de comida obligaban a cancelar el consumo antes de recibir la mercancía.
Fue apenas al final de la tarde del viernes que el consorcio CrediCard emitió uncomunicado para informar que por "fallas técnicas" había quedado suspendido el servicio para hacer transacciones en puntos de venta. El colapso de la plataforma afectó a más de veinte entidades bancarias, incluidas las públicas.
Después de haber difundido el escueto documento, el presidente Maduro ordenó a los servicios de inteligencia que emprendieran una investigación contra el consorcio.
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