Su hermana Omahis, hablando a nombre de la familia, indicó que cuestionan la historia de la uniformada sobre su muerte.
Sostienen que el joven estaba visitando a su tía, en el complejo de vivienda pública Van Dyke en Brownsville, ubicado en el 362 de la avenida Sutter.
En eso, los oficiales Andris Bisoño y Jennifer García llegaron al noveno piso, mientras respondían una llamada del 911 sobre un hombre sospechoso en el pasillo, se informó.
Cuando los agentes le solicitaron una identificación, estalló una pelea y el sospechoso agarró la macana de metal de uno de los oficiales y comenzó a golpear en la cabeza a Bisoño, quien le disparó varias veces.
El agente recibió siete puntos, dijo el jefe del departamento de vivienda pública del NYPD, James Secreto.
La hermana insiste que los policías pudieron haber lidiado con el problema de otra manera, usando el taser o disparando en la pierna.
Gómez Brito era el segundo hijo de cuatro, y ha sido descrito como un chico no violento, que nunca se metía en problemas y siempre estaba en la casa viendo televisión o escuchando música.
Asistía los lunes a un grupo de jóvenes en la iglesia comunitaria.
Los abogados que representan a la familia son Sanford Rubenstein, de Rubenstein and Rynecki; y Marc Battipaglia, de Monaco & Monaco, LLP, quienes dicen que no había testigo ni cámaras de seguridad al momento del incidente para corroborar la historia de los policías.
Sostienen que no tiene sentido que un muchacho flaco pudiera atacar a dos policías. “No entiendo, si ellos están entrenados para proteger, cómo paso esto”, cuestionan.
El domingo pasado, la familia junto a la comunidad y los abogados tuvieron una vigilia caminata desde la vivienda pública hasta el cuartel, demandando repuestas. La uniformada aún investiga las circunstancias del hecho.
Nota de Ramón Mercedes
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